Nuevo y patético ‘agarrón’ en ‘Sábados Felices’, un programa que ya debería morir definitivamente.
‘Sábados Felices’ sigue haciendo reír pero a los boomers y a las personas que creen que reírse de los afros, las mujeres grandes y las suegras por ser lo que son es comedia absoluta.
Sus cuentachistes dan mucha pena ajena, sobre todo por estar tan desactualizados en pensamiento y en su trabajo y realmente, las nuevas generaciones se han volcado más por los comediantes colombianos actuales y los internacionales ante su baja calidad y pobre forma de hacer comedia. Además, ellos se caracterizan más por sus desgracias y escándalos que por sus hitos humorísticos.
Asimismo, últimamente a los que han sido recurrentes en el programa les ha ido bastante mal. Sea por sus escándalos, su retrógrado pensamiento político, sea por sus desgracias, como le pasó a Memo Orozco, quien era el que dirigía esa espantosa sección para niños donde pretendía que respondiesen como genios.
Esta vez, los protagonistas son Lucumí, nueva incorporación afro al programa y ‘Alerta’, en una pelea que documentó ‘La Negra Candela’ y en el que el segundo trataría al primero de ‘ingrato’.
‘Alerta’ recuerda que mucha gente que ayuda a subir luego no agradece nada
La periodista contó que en una entrevista con Darío Arizmendi, Lucumi dijo que no había recibido ayuda de absolutamente nadie para subir a la cima.
Estas palabras calaron en ‘Alerta’, porque él mismo le ayudó, con su fundación, para costearse los pasajes desde Cauca y estar presente en el concurso de cuenta chistes de 2016 que Lucumí terminó ganando.
“Pero no le pago a la ‘Fundación Alerta’ como era el compromiso si se llevaba el primer lugar. De no ser así la Fundación lo asumiría como una donación. Desagradecidos qué son algunos dice el refrán. Al parecer, el humorista Lucumi tiene mala memoria. Se le olvido que la Fundación «Alerta» lo ayudo con dinero cuando concursaba en los «Cuenta chistes» de Sabados Felices en el 2016. Ingrato que es”, recordó la periodista.
Un programa que ya genera más titulares por lo que les pasa a sus humoristas, mayormente negativo, o lo que hacen, que por su calidad de humor.
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