Gracias por darle otra ‘mamá luchona’ al mundo: en Latinoamérica nunca, nunca le creerán a Piqué y siempre lo odiarán a pesar de todo lo que haga para defenderse.
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A pesar de que trate de fingir dignidad “por sus hijos” (ehmmm que ellos fueron los que le dieron las ideas a su madre de tremendas colaboraciones) o salir con comebacks como los de Casio (con los que resultó más bien haciendo el ridículo, algo ya normal en él, así como su imagen), en Latinoamérica nunca será bienvenido, más cuando Shakira es su máximo ídolo.
No sólo porque cultural y socialmente es como la Khaalesi de ‘Game of Thrones’. Bueno, ella no quemó entera una ciudad, aunque sí al infiel y a su amante en dos megahits. Y a pesar de sus conatos de tiranía ya denunciados por antiguos trabajadores, es para muchos latinoamericanos la imagen del éxito y el poder que por estructura histórica y social siempre les han sido esquivos. Además de unir a varias generaciones con su talento y su escritura, claro.
También porque lo que hizo Piqué es una historia dolorosa recurrente en la idiosincracia y cotidianidad latinoamericana: el abandono, la infidelidad y que la madre se quede como cabeza de hogar. Además del racismo tradicional de los españoles hacia los latinoamericanos.
Gracias Piqué por darle otra ‘mamá luchona’ al mundo
Un estereotipo violento como este, que más bien representa la realidad de miles de mujeres del Río Bravo hasta la Patagonia, es el de la ‘Mamá Luchona’, o madre soltera, del que tanto se han burlado pero que más bien sí nos representa, y de qué manera. Porque no nos digamos mentiras: según la Cepal, América Latina y el Caribe es una de las regiones con más altos embarazos adolescentes.
Estos datos los viene a confirmar también el Fondo de Población de las Naciones Unidas. Casi el 18% de los nacimientos son de menores de 20 años y hablamos de que en Colombia, nada más ni nada menos hay un 39% de hogares con madres cabeza de hogar.
Hablamos no sólo de madres adolescentes, sino de madres que por violencia, o por negligencia, o, por lo que hizo Piqué, tuvieron que salir adelante con sus hijos solas. Porque o no pudieron abortar, porque quisieron conservar a su hijo, por no tener recursos. Por lo que sea, las mujeres siempre se encargan.
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Claro, Shakira no se puede comparar con ninguna de estas mujeres que tienen que luchar día a día con sus hijos solas con su fortuna, pero en el caso de la narrativa, es lo mismo. Un abandono, una violencia. Un hombre que sencillamente puede elegir hacer su vida como le da la gana, mientras las mujeres son las que se encargan de cuidar y sostener.
Así ha sido siempre desde que han ido a la guerra, a las oficinas (Betty Draper en ‘Mad Men’ matando pájaros después de que su marido, el apuesto pero mal esposo publicista Don Draper le ha quitado su última oportunidad laboral de su vida es un poema), a los clubes, mientras ellas se tenían que quedar en casa, calladitas y bonitas, como los pingüinitos de ‘Madagascar’, cuidando animales, niños, casas, plantas, techos. Todo.
Que lo digan mujeres como Úrsula Iguarán en adelante. Que lo diga una ‘Sofía’ de ‘Betty la Fea’, que es el mismo caso.
Y para más piedra, la ‘Pupuchurra’ tiene la edad de la nueva Camilla Parker de marras. Que a pesar de que sabemos que no debería ser objeto de la furia colectiva y más bien sí el que fue irresponsable afectivo, tampoco es una santa. Clara-mente.
Lo cierto es que Piqué deja una nueva ‘mamá luchona’, como tantas de las nuestras, con el dolor de una separación y con su cinismo a viva voz. Por eso, cosa que haga Shakira, se celebra como la Copa ganada por Argentina: porque es vengar, de alguna manera, simbólicamente, o tal vez, decirle de alguna forma a ese progenitor abandonador e infiel todo lo que pudimos decirle en pro de nuestras madres o nosotras mismas.
Y pues ni hablemos del colonialismo: sorprende que en España la más querida sea Shakira, a pesar de que la prensa allá la mire con lástima burlona. Pero tranquilos señores que gente como Piqué no le estaba haciendo un favor (más bien ella a él, por lo que vemos).
Los tiempos de Malinche y Pocahontas se acabaron, porque Shakira ha mostrado a través de su historia que lo que es con ella, es con Latinoamérica unida.