Colombia

#Opinión ¿Hasta cuándo tendremos que seguir soportando a gente como Carolina Cruz en televisión?

Es hora de dar espacio a gente con mejor preparación, empatía y responsabilidad en los medios.

Carolina Cruz en el ojo del huracán por sus comentarios
Carolina Cruz, presentadora de 'Día a Día' (Tomada de Instagram)

Por: Luz Lancheros*

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¿Hasta cuándo tenemos que seguir soportando a gente como Carolina Cruz en televisión?

Y no sólo por la presentadora en sí misma, sino por las opiniones increíblemente poco empáticas, desinformadas e ignorantes que tienen muchos comunicadores con plataformas masivas y que llegan a millones de personas.

Cruz, como algunas colegas de su medio, se aventura a negar las realidades de millones de mujeres a nivel mundial en temas de salud. Podríamos apuntar a su privilegio y a su burbuja, pero también a su arrogancia, esa que reafirma su pobre opinión sobre el retiro de los implantes mamarios más allá de un tema estético. Y sobre todo, a su limitación sobre qué es ser mujer en la Colombia del siglo XXI, donde no todas quieren ni deben verse como dicta su normatividad.

Es increíble que con tantos años en televisión no haya aprendido nada.

Al menos, como una comunicadora decente, mirar distintos ángulos para formar un criterio responsable. Pero es mucho pedirle a ella y a muchas de sus colegas: en su mundo y en sus espacios no hay lugar para discusiones de fondo, para preguntas incómodas, para inquietudes que cuestionan los cimientos que las pusieron en este lugar de enorme privilegio y responsabilidad.

Y sobre todo, para mirar la otredad, a esas mujeres que la miran cada mañana en sus conversaciones insulsas (no hay espacio más insufrible que estar horas viendo un programa cuyo único valor es el chef), pero que igual la idolatran como un modelo a seguir. Y que claro, distan de su mundo en todos los aspectos.

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Así como ella critica a las influencers, que se mire primero al espejo

Carolina Cruz y Taliana Vargas o Elizabeth Loaiza, que han dado opiniones desinformadas y violentas sobre ser mujer en Colombia desde un punto de vista enormemente reduccionista, también son influencers.

Así que si Cruz apuntaba a criticar a las influencers en redes sociales, ella debería mirarse primero: es la persona en el primer espacio y el más masivo que existe en Colombia. Y por eso debe al menos, para su público, algo de argumentación, responsabilidad e información. Es lo mínimo que un comunicador requiere para llamarse profesional.

Claro, esto va a pasar y se lo van a perdonar, porque el sistema de televisión nacional en el que mujeres como ella llegaron a estos espacios está construido más por físico que por talento, más por fomentar violencia contra las mujeres (La Red es la misoginia en pasta) que por realmente dar algo de calidad y contenido y para validar la mediocridad y la poca creatividad.

Y pues ya se está notando: los ratings no llegan ni a más del 10 por ciento, porque las plataformas de streaming hace rato se los han comido con una propuesta infinitamente superior.

Lo único perdurable de este lamentable episodio es que la gente ya no está tan dispuesta a dejar pasar esta falta de profesionalismo. Y por muy Carolina Cruz que sea, ella va a ser cuestionada, más en una época donde hablar del cuerpo de las demás mujeres debería dejar de ser una personalidad.

*Las opiniones de la columnista no representan a las del portal.

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