Amada Rosa Pérez fue la protagonista de ‘La costeña y el cachaco’ y así luce 20 años después de estrenarse la novela.
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En esta, ella interpretaba a Sofía Granados, una mujer cálida, tierna y determinada que por casualidades y desastres de la vida se convertía en vecina y luego en interés amoroso de Antonio Andrade, un psicorrígido cachaco de clase alta interpretado por Jorge Enrique Abello.
En medio de una batalla contra los contrabandistas de petróleo, los divertidos choques de Andrade contra la cultura costeña y un grupo de amigos entrañables, ambos luchaban por su amor.
Amada Rosa no tuvo un papel de esa relevancia mucho después. Años más tarde, el público se enteró que presionada por su pareja y pensando en que no tendría más éxito profesional, tuvo que abortar. Esto le causó mucho dolor.
De este modo, se volcó a la religión católica y rechazó papeles en televisión. Este episodio del aborto también le causó un intento de suicidio.
Hace once años trabajó en la Procuraduría General de la Nación, al lado del ultraconservador Alejandro Ordóñez, en el área de Bienestar Social.
Así está ahora la protagonista de ‘La costeña y el cachaco’ 20 años después de lanzarse la novela
Amada Rosa tiene 45 años y un niño de 5. Está casada.
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Ella contó el año pasado en una entrevista al programa Buen Día Colombia que tiene síndrome de Asia. Esta enfermedad desató en su cuerpo 51 síntomas y casi la mata.
Todo empezó cuando empezaba a ser madre y por eso no podía estar al 100% con su hijo.
“Mi hijo me decía, mamá mi corazón sangra de verte así, entonces a una se le arruga el corazón por no poder estar al 100 % como mamá para este chiquito y poder darlo todo. Mi esposo preocupado y estresado, esto afecta a toda la familia. Es algo tan nuevo que la gente no entiende lo que uno vive”.
Esto también la afectó en la parte mental, pues incluso llegó a sentirse confundida en sus actividades diarias.
Salió adelante gracias a su familia y los médicos. Un problema con los biopolímeros en su cuerpo fue el que le causó esto, y desde que le extrajeron sus implantes, ya está mejor de salud.
Es por eso que aboga por buenas prácticas en procedimientos estéticos.
“Ya hice las pases con mis implantes, ya están fuera, y esta es una de mis nuevas misiones, dar luz a otras mujeres que están enfermas o que no saben que están enfermas por sus implantes o por los biopolimeros”.