“Que baile, pero que no robe como las otras”: comparan a Verónica Alcocer con esposa de Álvaro Uribe.
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Esto, porque otra vez, por milésima, por centésima, por millonésima vez, algunas personas andan molestísimas porque Verónica Alcocer se la pasa bailando en el Carnaval de Barranquilla.
Más aún cuando la misma Diana Osorio, aliada y amiga política, ha tratado de imitarla (eso sí, no muy bien) y Alcocer jamás se ha disculpado u ocultado por expresarse. Incluso lo ha usado como rédito político. Pero no hay que negarlo: lo hace muy bien.
Ya, como siempre, los puristas, morrongos y conservadores de este país están gritando porque una mujer baila. Que “no tiene clase, ni es elegante”, porque se quedaron en 1902.
Así que los partidarios de Alcocer sacaron su ‘vieja confiable’: el comodín de compararla con sus antecesoras y otras mujeres cercanas de la derecha. Sobre todo, la madre de Duque y Lina Moreno de Uribe.
¿Por qué están señalando a la esposa de Uribe al compararla con Verónica Alcocer?
Por el escándalo que hubo con los lotes baldíos de El Laguito 2, que finalmente fueron devueltos y que eran de uso del Ubérrimo. Uribe dijo en su momento que los adquirió de buena fe. Estos estaban a nombre de Lina Moreno de Uribe, ex primera dama.
La familia de Uribe alegaba que ellos habían administrado ese terreno por pagar por siete años el impuesto predial. Y también le han sacado en cara que a diferencia de Alcocer, su presencia fue más bien inexistente.
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Tanto como la de María Juliana Ruiz, que al igual que Alcocer fue criticada por algunos de sus gestos: la esposa de Petro, por su repartición de puestos, que terminó en el desastre que fue Concha Baracaldo en el ICBF, por ejemplo. También por viajar en representación de su marido.
Cosa similar a la que hizo Ruiz cuando llevó en el avión presidencial a su hija y amiguitas a Panaca o cuando trató de escribir su autobiografía.