Darío Gómez representaba el despecho, la cultura de la reunión alrededor de una bebida alcohólica para escuchar su música (bastante cuestionable toda ella en un país con ratios de riñas y violencia intrafamiliar bastante alarmantes) y también, todo lo que giraba alrededor del consumo de bebidas como el aguardiente para “pasar las penas”. Es por eso que ya hay indignación sobre por qué no van a dejar entrar ni a borrachos ni a gente con alcohol a su funeral.
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Esto fue estipulado por la Alcaldía de Medellín, que en un acto de mínimos de seguridad y sentido común ha estipulado que en el coliseo de Voleibol Yesid Santos (donde estará el cuerpo del cantante), ubicado en el Atanasio Girardot, no entren personas ni en estado de alicoramiento o personas con licor en mano.
Claro, las medidas contradicen para muchos todo lo que Gómez representaba: cuánta gente borracha en todos los pueblos y ciudades de Colombia no se sentó en una mesa a escuchar sus lamentos de despecho. El cuerpo estará hasta el sábado, pero ya hay gente quejándose por las medidas tomadas.
“Mejor hubieran planeado un rosario”
Conociendo las cifras de riñas (de hecho, hace un mes hubo 36 personas detenidas por riñas provocadas por el consumo de alcohol al celebrar el título de Nacional), y sabiendo lo que implica la afluencia de gente para despedir a tal ídolo, la Alcaldía hizo bien. Sin embargo, para otros es un despropósito, más sabiendo lo que Gómez significó para ellos.
“Uy, así que chiste”, “La incoherencia”, “Hasta hubiesen propuesto un rosario, mejor”, son algunos de los comentarios por las medidas tomadas, que no son tan descabelladas, luego de todo.
Darío Gómez murió el día de ayer, por un colapso súbito. Si bien trataron de reanimarle en el hospital, nada pudieron hacer por él. Fue uno de los referentes de la música popular en Colombia.