Colombia

Cero y van dos: critican la ‘ridícula’ alfombra roja que volvió a usar Duque para votar

No cerró su presidencia con broche de oro sino con tapete rojo en medio de cuestionamientos.

Alfombra roja Ivan Duque

Duque ha tenido bastantes gestos de pena ajena y grandilocuencia a lo largo de su presidencia, pero el último lo volvió a repetir, para burla de los ciudadanos en redes: el de usar tapete rojo para ir a votar.

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Se hizo poner- otra vez- como si fuese la mismísima reina Isabel, un tapete rojo para ir a votar hasta la Plaza de Bolívar, en un gesto versallesco que deja ver su desconexión total con el pueblo y con la realidad. O esto es lo que le critican al menos en Twitter, donde ha vuelto a generar, por enésima vez , lástima por el patetismo de la situación.

“Duque tiene que poner alfombra roja para sentir que su paso por la presidencia fue de alguna forma relevante, nobiliario. pobre hombre diminuto, te vas cómo llegaste: con insignificancia, con la marca de la mediocridad, con el desprecio de todo un pueblo, siendo nadie”, “Me imagino que esta mañana, en la ducha, Duque puso a todo volumen “Me vale” de Maná. “No me importa lo que piensa la gente de mi”, “El Presidente ya se va a ir y nunca aprendió que por este tipo de actos nunca conectó con la gente; de allí su falta de popularidad e imagen favorable: a un pueblo con hambre no se le dan estas imágenes para un acto tan común como es ir a votar”, son algunas de las críticas.

Una presidencia con simbolismos lamentables

Desde la infame chaqueta de fomi que se puso hasta Verónica Alcocer, esposa de Petro, hasta un programa de televisión que no servía para nada y costó un montón, o cómo no, los gastos ridículos y nunca justificables de gastos de representación, o... lo peor, ponerse un chaleco de policía en plena algidez de denuncias y abusos policiales... esto ha hecho que el presidente saliente genere profundo desprecio en varias capas sociales.

Ni él ni su esposa estuvieron nunca por las de entender cuán simbólica es la política, lo que les granjeó impopularidad y desprecio inmediatos. Y que así como el atuendo comunica, los gestos también. Y Duque no tuvo uno solo que fuese aplaudido de forma unánime.

Esta es sólo una triste despedida para una presidencia que para muchos, jamás debió ser.

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