El altar de cera con un supuesto ritual encontrado en un cementerio y dirigido contra el candidato Federico Gutiérrez, es sólo uno de los casos registrados de brujería y política en Colombia. Pero ni por lejos, es el más aterrador. De hecho, hay peores rituales y cosas más grotescas encontradas en el país y relacionadas con política. Y políticos.
Estos son los 5 casos más aterradores de brujería y política en Colombia:
1) Los entierros y blasfemias encontrados contra Ernesto Samper
Según “El libro negro de la brujería en Colombia”, el expresidente, en entrevista con el autor, Esteban Cruz Niño, confirmó que las brujerías que le metieron en el Palacio de Nariño fueron aterradoras.
De hecho, con la ayuda de una famosa vidente, en un sofá le encontraron un entierro con tierra de cementerio. Pero eso no fue lo peor: detrás de un cuadro del Sagrado Corazón, regalo de su madre, había una garra satánica negra que se burlaba de este símbolo sagrado.
Ahora bien, también tenía un reloj maldito. Este lo llevó en su tiempo a España y también quiso saber qué había dentro. Había una maldición antigua. Se lo regaló a alguien y le sucedieron desgracias: su madre tuvo un accidente.
2) Los niños en cruz de los guerrilleros y los paramilitares
En 2007, El Tiempo hablaba de horribles casos paranormales en zonas de guerra. Se contaba que los fantasmas de los asesinados por los paramilitares poseían a los combatientes y los enloquecían, incluso los hacían pegarse contra los árboles.
Pero también se descubrió un ritual: los guerrilleros y paramilitares se hacían el ritual de “niños en cruz”, que era hacer un pacto con las ánimas (y se pintaban las uñas de negro) para que no los atravesaran las balas.
También se cuenta en varios artículos de la época que hubo jóvenes que tuvieron que ser degollados porque estaban tan abaleados, que no se morían.
Puede leer todo el caso acá.
3) Brujería como arma de guerra
Un Fallo de Justicia y Paz en 2016 reconocía a la brujería como parte del conflicto. Se cuenta que entre 2002 y 2004, en las guerras de los paras por el control de los Llanos, el jefe del bloque Centauros, Miguel Arroyave, mandó a cientos de sus hombres a la casa de una bruja en Puerto López, Meta.
Ahí le dijeron a Arroyave que sus enemigos, los “Buitragueños”, estaban rezados en cruz, como lo expuso el punto anterior. De poco le sirvió a Arroyave el ritual, o los rituales que hizo, su rival, Hernán Buitrago, “Martín Llanos”, ganó el control del territorio. La bruja fue desmembrada ante sus hombres y él murió luego por causa de los mismos.
También se sacrificaban animales por protección. Ahora bien, uno de los asesinos de Arroyave también estaba cruzado, pero en 2010, a pesar de sobrevivir a las balas, se murió ahogado en un río. Encontraron seis collares y medallones que supuestamente le regaló una bruja. También, supuestamente, andaba “rezado”.
Los rezos no le sirvieron para evitar su muerte: estaba alicorado, pues era Navidad y eso causó que se ahogara.
Asimismo, los paras persiguieron a muchas mujeres acusadas de brujas. Fueron asesinadas o desterradas. Sus torturas contra ellas fueron brutales: las ataban por varias horas al sol o las hacían caminar largas jornada para “castigarlas”.
El reconocimiento del Estado para esta práctica puede leerlo en este artículo de El Tiempo que relata el caso.
4) Brujería en la Fiscalía
El fiscal Mario Iguarán usó los servicios del supuesto mentalista llamado Armando Marti. Este incluso le prestó servicios de hipnosis a un familiar del funcionario.
Ahora bien, también se dice que este participó encontrando una muñeca vudú enterrada en una matera del despacho de Zayda Mora, su entonces secretaria.
5) Los narcos “brujos”
Cuando las autoridades se quedaron (según el Libro Negro de la Brujería en Colombia) con el apartamento de Elizabeth Montoya de Sarria, “La Monita Retrechera”, encontraron varios elementos de santería (práctica de la religión Yoruba) en su apartamento. Su propio marido, Jesús Sarria, era un santero que también hacía rituales para acabar con sus enemigos.
A otro narco, por supuesto, le enviaron el cadáver de un bebé abierto por la mitad, con la foto de su hija. Este es uno de los tantos testimonios de brujería en el narco.
Puede ver más secretos de “La Monita Retrechera” aquí.