Colombia

Los 5 hallazgos más macabros de “El Libro Negro de la Brujería en Colombia”

Brujería en la Casa de Nariño o la “manteca de muerto” son algunas de las cosas más espeluznantes.

La brujería es una práctica social y cultural en Colombia que permea todas las capas sociales. (Universidad Sergio Arboleda.)

Si bien la brujería como fenómeno político y social en Colombia ha sido tratada por varias tesis de grado y a nivel periodístico por Germán Castro Caycedo en dos libros (Que la muerte espere y La Bruja), nadie había hecho una investigación tan exhaustiva como el antropólogo e historiador Esteban Cruz Niño sobre el tema.

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Este, en “El Libro Negro de la Brujería en Colombia” abarcó en un gran compilado de temas la historia del país con esta práctica y creencia desde los estamentos del poder, la guerra, los lugares embrujados y otros episodios que muestran que más allá del imaginario de clase y el pensamiento mágico pop que pulula en la actualidad, la brujería es real, es cultural.

De esta manera, se ha mantenido como práctica, imaginario y como muestra de nuestra sociedad en todos nuestros años como país.

Por esta razón, mostramos los hallazgos más fuertes que podrán encontrar en el libro.

1. La “manteca de muerto”

En el segundo capítulo del libro, se podrá hallar toda la historia de cómo los populares “sobanderos” se convirtieron en lo que eran al ser los que ayudaban en Medicina Legal a “arreglar muertos” y de ahí supieron cómo arreglar coyunturas y articulaciones adoloridas.

Pero la antigua práctica -documentada- de conseguir grasa de muerto con fines mágicos se trasladó a esta zona (La sexta, en el centro de Bogotá y en el Bronx), y muchas personas incluso poderosas les comenzaron a pedir esta sustancia, que es la grasa de un cadáver que no haya muerto de forma violenta, sin vicios, o de enfermedades, según la creencia.

2. Las partes de cuerpos humanos encantadas y malditas

El fetiche encantado es parte de la brujería, sobre todo si es una parte de un cuerpo antes vivo que se usa para maleficios. Siendo así, hay algunas anécdotas que aparecen en el libro que son aterradoras: por ejemplo, la del vendedor de avena en el Eje Cafetero que tenía “enviciada” a la gente con su producto y que un día resbaló. Y dentro de la olla se encontró un cráneo engusanado de un bebé. O los fémures humanos que usan los carniceros para que les compren. E incluso, el bebé muerto que le hicieron llegar a un narco con la foto de su hija dentro del mismo.

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3. Las horribles cosas que encontró Ernesto Samper como presidente en el Palacio de Nariño

Hay un capítulo especial dedicado a también los objetos malditos en donde el autor entrevista al ex presidente. Este cuenta que con ayuda de una vidente, encontraron un objeto con tierra de cementerio en un sofá. También, unas garras satánicas detrás de un cuadro del Sagrado Corazón. Pero lo peor fue un reloj maldito que causó muchas desgracias a la persona a la que el presidente se lo regaló.

4. Los “niños en cruz” del conflicto armado

Para 2007, Semana reportaba de las prácticas de brujería e incidentes paranormales que les pasaron a los paramilitares en el Meta. Se trataba de testimonios de integrantes de los bloques armados de los Llanos a los que “rezaban en cruz” para que las balas no les entraran y de hecho se pintaban las uñas de negro para que las ánimas (los niños en cruz) los protegieran.

Incluso se dieron testimonios de personas totalmente abaleadas y apuñaladas que pedían que las degollaran porque realmente no las podían matar. Por otro lado, también se escribió de espíritus de asesinados por ellos que los poseían y por eso hacían que actuaran “como locos”, por lo que se tuvo que hacer misas de sanación.

5. Los hallazgos del Centro Memoria

En conversación con la autora de esta nota hecha en la FILBO, y también, como está escrito a comienzos del libro, Cruz Niño fue a las excavaciones de lo que se conoce como el Centro Memoria. Allí encontró varios fetos que se hicieron para brujerías, pero lo peor: serpientes ya extintas (o sus esqueletos) con fotos antiguas y declaraciones de que estas se endeudaran para siempre. Ahí ya se hacía tangible la popular “tengo culebras”, para referirse a las deudas.

Puede encontrar el libro en cualquier librería del país.

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