Ete era una de las amadas mascotas de Vanessa de la Torre. Un carro fue el que la mató en un barrio residencial, y todo por ir a una velocidad no permitida. Diego Santos, esposo de la presentadora, fue el que hizo la denuncia.
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“Señor Gildardo, me disculpo por los insultos que le proferí cuando usted estaba manejando por encima de los 20 kilómetros de velocidad permitida y huyese a su apartamento en su Mercedes Gris, luego de atropellar y matar a Ete, mi perrita”, expresó Santos.
“Esto es muy duro, sobre todo porque perder a la mascota es como perder a un familiar. Y más cuando las hijas de uno han estado tan apegadas”, continuó.
Era un barrio residencial
El periodista también puso imágenes en sus historias de Instagram, mostrando que el barrio donde viven es residencial. Y si bien este y sus vecinos persiguieron al que mató a la perrita, el hombre se escondió en su casa no dio la cara.
“ Por eso yo creo que sobra decir que lo que hizo está muy mal. Y sobre todo el huir cobardemente”, añadió.
Vanessa de la Torre amaba mucho a esa perrita y se le veía en compañía de ella a menudo. De hecho, puso varias historias donde muestra que la extraña.
Y por último, le dedicó un sentido post:
“Mis hijas no conocían la vida sin Ete, nuestra perrita. Raquel tenía seis o siete meses cuando la llevamos a conocerla y le puso el nombre llamándola: “Ete, Ete perrito” decía en su lenguaje casi indescifrable. Cuando Carlota nació, ya Ete existía.Mis hijas aprendieron a gatear para perseguirla y a hablar para llamarla. Fue su compañera infalible durante nueve espléndidos años. Aprendieron que las mascotas necesitan atención, cuidados, disciplina y mucho amor. Y ahora, tristemente, están aprendiendo con Ete que la muerte es implacable y que la tristeza existe. Nuestra perrita murió el miércoles 27 de abril. Estaba en el parque, como siempre, y salió corriendo despavorida detrás de un perro. Pasó un carro con exceso de velocidad en una zona residencial y el golpe fue irremediable.Es tan triste la partida de una mascota que no es absurdo evitarlo dejando de tenerlas. Pero es tanto lo que enseñan y tan maravillosa su presencia que siempre le apostaré a un perrito en casa. O dos. O tres.Chao mi Ete irremplazable, gracias por habernos llenado la vida de tu magia infinita y tu presencia imborrable. Te extraño profundamente, mi perrita.”.
