Hay gente muy enojada con Francia Márquez. Esto, porque para esta campaña se valió de una asesora de imagen y también confió en el talento del diseñador Esteban Sinisterra para pulir su imagen política. Y más cuando ha sacrificado recursos de su propio bolsillo para consolidar algo tan importante como lo que representa a través del vestido.
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Esto, en medio de la lucha que tuvo que dar ya casi al final de su campaña para que la Registraduría le diera los recursos que le correspondían a su campaña política (Estamos Listas también sufrió bastante por eso, por ejemplo). Y, mientras la gente está furiosa porque paga a un diseñador y también porque al estar desempleada en 2019 recibió el Ingreso Solidario. Y por tener Sisben. Y porque su hijo es médico. Y todo ese control político que le hacen, es curioso que solo se lo hagan a ella, cuando tenemos políticos en el poder que tienen fortunas con dudosos orígenes y de las que muchas veces no declaran. Y no pasa nada.
A la institucionalidad política colombiana le da rabia que una mujer negra y humilde llegue al poder y no sea un simple token para la foto, como ha pasado con tantísimas y bien preparadas Ministras de Cultura de las que no se sabe absolutamente nada más que... fueron una cuota, y ya. Ni siquiera una voz relevante.
Y es por eso que le han buscado hasta el primer recibo de mercado a Francia. Cosa que no han hecho con toda la clase política colombiana cuyos congresistas tienen padres narcos, o familiares que han robado, o cuando han despojado tierras. Cuando han estado en carruseles de contratación y escándalos de corrupción vergonzantes. Y ahí siguen. Como si nada.
Francia Márquez no se ha robado nada
No ha sido Francia Márquez la que se ha robado los recursos de personas vulnerables en el Cauca y el Chocó, por ejemplo. Tampoco se “abudineó” la conectividad de los niños de este país. Tampoco es la que está comprando la riqueza natural del país para hacerla propiedad privada y dársela a unos pocos. ¿Y qué ha pasado con toda esa gente? Pues absolutamente nada. Subsidios, beneficios de toda la clase del partido dominante y los delfinazgos. ¿Qué ha pasado con eso? Tampoco: nada.
Si esa inquisición, totalmente injusta, rayana en el acoso, se les diera a todos los políticos con fortunas considerables en este país, quizás no estaríamos en el top de los países más corruptos en el mundo. Si luego del escándalo hubiesen sanciones sociales reales y políticas y verdaderos castigos (donde los políticos no salieran de la cárcel a otro cargo público) a quienes roban recursos públicos y se diera seguimiento a sus relaciones de poder, otra sería la historia en Colombia. Pero Francia es un blanco fácil para todo ese establecimiento asustado de que exista gente que puede llevar a una mujer como ella al poder. Y como no se deja, les da más rabia.
¿Dónde están los medios tradicionales preguntando por las alianzas de los otros candidatos y todos los que los han apoyado, ex presidentes incluidos? ¿Dónde están los medios preguntando por los dueños reales de nuestros recursos naturales?
Claro, es más fácil pintar a la primera candidata anti establecimiento como un fraude para dudar de su moralidad, cuando por años en medios, en puestos de poder y como si nada, nos han gobernado gente sí, con tremenda moralidad dudosa. Y ahí sí que no ha pasado nada.