El racismo es una forma de violencia que en Colombia sigue normalizada y quienes lo practican, siguen como si nada. Esto pasa con Marbelle, que a pesar de haberse expresado de manera violenta hacia Francia Márquez, no ha recibido ningún tipo de castigo real por sus acciones.
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Ahora, el apelativo que le dio (”King Kong”) ahora es usado como arma política contra la candidata. Esto fue lo que denunció ella misma en un evento público en Boyacá, al narrar cómo le dieron una llamada violenta en torno al color de su piel.
“Mientras estaba almorzando recibí una llamada, la contesté, pregunté a quién necesita y me respondieron que a ‘King Kong’”, denunció. Pero, esto, al contrario, aclaró, no la desanima en lo absoluto.
“Eso a mí no me quita la fuerza. Eso no me desanima. Por supuesto, eso duele, eso lastima, eso hiere, porque el racismo mata, así como el machismo mata en este país. La pregunta es qué estaba pensando esa persona que estaba detrás del teléfono. Esa persona está dañada y lastimada en su ser”, expresó, para ser vitoreada en el auditorio.
En Colombia el racismo es tan normalizado que a los racistas no les pasa nada
En Marzo, Marbelle le dio a Francia este apelativo (ya en el pasado se había referido a otro afrocolombiano como “mico asqueroso”). Ni en aquella ocasión, ni en esta, a Marbelle le fue suspendida la cuenta, lo que pone a pensar la ambigüedad y la doble moral de plataformas como Twitter, cuyos reguladores, por otro lado, ya han mostrado su ineptitud histórica al dejar que los discursos de odio crecieran tanto en su plataforma.
Hay que recordar que estos escalaron tanto, que por ejemplo, fueron motor del asalto al Capitolio en Estados Unidos en enero del año pasado.
Supuestamente, en Colombia también discriminar es delito. La Ley 1482 de 2011 supuestamente lo dice, pero como todas las leyes que hay en Colombia, solo sirven para el papel. De hecho, según datos del Observatorio Contra la Discriminación Racial y el Racismo del Ministerio del Interior se reportaron entre el 2012 y el 2018, 126 casos de discriminación en los ámbitos laborales y educativos. Y más allá de la denuncia en redes, a los agresores realmente no les ha pasado nada.
Entonces, si Marbelle aún sigue promulgando discursos de odio y ni siquiera es suspendida en redes o realmente no existe una acción penal en su contra, ¿qué se espera para los agresores anónimos? Pues nada: porque en Colombia el racismo aún es social e institucional.