Más allá de Machu Picchu y los frecuentes parajes que todo turista tiene en la agenda para sus vacaciones, Perú es un país con magia y espectaculares destinos para todos los gustos viajeros. Cusco en particular, es una ciudad de los Andes peruanos que fue la capital del Imperio Inca y es conocida por sus restos arqueológicos y la arquitectura colonial española, un lugar ideal para aprender, descansar y disfrutar al tiempo.
Si en realidad desea conocer, no hay lgo mejor que caminar sus calles, cada una tiene una historia distinta, no solo por los siglos de existencia y características culturales, hay lugares de ensueño que lo pueden cautivar como la Plaza de Armas, situada en pleno centro histórico de la ciudad. En la antigüedad este espacio fue un pantanal y estaba dividido en dos sectores por un riachuelo. Para mejorarlo, los ingenieros y arquitectos incas realizaron labores de drenaje del agua y lodo, cubrieron la superficie con piedras, tierra y arena blanca traída desde la costa.
Por su belleza y su mística, esta plaza principal es uno de los lugares más visitados de la ciudad, su visita es imprescindible, además la rodean la Catedral del Cusco, la Capilla de la Sagrada Familia, la Capilla del Triunfo y la Iglesia de la Compañía de Jesús. Hoy en día todavía se conservan los principales edificios, tiendas y mercados artesanales, discotecas y hasta cadenas de comida rápida.
Pero no solo eso, la amabilidad de la gente y la diversidad de sabores, panoramas y zonas arqueológicas harán de cada día de viaje una experiencia única. Es una de las tierra con misticismo, historia y cultura, con una identidad muy particular gracias al mestizaje y herencia de grandes figuras históricas; tierra de contrastes y magia que hipnotiza con su fabulosa historia llena de colores y alegría, para aquellos que amen los sitios arqueológicos y las culturas prehispánicas, es una ciudad que lo envolverá.
Durmiendo en un entorno monumental
Para que la experiencia sea completa, hospedarse en un antiguo convento puede ser extraordinario, aunque no es una modalidad de vacaciones muy conocida ni que se suela utilizar mucho, es algo que se ha de tener en cuenta. Y es que alojarse en un antiguo convento es todo un placer para los sentidos. Así es el JW Marriott El Convento Cusco, el que fuera el antiguo convento colonial de San Agustín del siglo XVI declarado patrimonio cultural por el gobierno peruano, un lugar que atrapa por su belleza e historia.
Quienes escogen este alojamiento no tiene por qué ir buscando precisamente turismo religioso, sino más bien un espacio donde estar más relajado y sin estrés. Este hotel se conoce por sus comodidades modernas y diseño andino tradicional. Las habitaciones son de lujo, cuentan con lo más indispensable permitiendo que pueda disfrutar de una tranquilidad absoluta, lujosa ropa de cama, elegantes baños de mármol, tina y vista a un patio colonial.
Eso no es todo, puede disfrutar de actividades para alternar con su paseo por la ciudad. Clases de yoga personalizadas, la oportunidad de visitar a Panchita, la alpaca bebé del hotel y excursiones guiadas en las zonas aledañas, además si llega cansado de las arduas caminatas diarias, puede optar por la piscina con azulejos, el encanto de un spa que ofrece más de 10 tipos de masajes, turco o jacuzzi, cualquiera que sea de su preferencia.
Todos los días hay un recorrido con un monje que le mostrará un área donde se exhiben las ruinas encontradas durante la excavación de la construcción del hotel, evidencia de la rica cultura prehispánica, colonial, republicana y contemporánea que posee.
El dato: Este hotel ha sido galardonado como uno de los mejores hoteles de Centro y Sur América según las votaciones que realizan todos los años los lectores de la Revista número uno en turismo Travel + Leisure. Además fue reconocido como ‘Mejor hotel con herencia cultural’ en los World Travel Awards Sudamérica 2018.
Descubriendo sus puntos históricos
Cusco cuenta con innumerables atractivos, sitios de interés que conservan su belleza y tranquilidad, lo que sin duda impresiona a todos los visitantes.
Por ser una ciudad de tradiciones, cultura e historia, son varios lugares los que no puede dejar de conocer. El Templo del Sol, también conocido como Qorikancha es el templo más grande del imperio Inca. El templo que fue construido en honor al sol, está hecho con el uso de piedras impresionantes y encajadas perfectamente, una técnica que muestra la conservación del edificio a través de los siglos. La construcción refinada, lujosa y llena de objetos de oro merece una visita guiada en donde puede visitar el museo del sitio el cual es muy interesante para aprender la historia y las costumbres de este milenario pueblo.
La estatua del Cristo Blanco es sin duda una de las mayores atracciones de la ciudad tanto para locales como extranjeros quienes no dejan pasar la oportunidad de tomarse fotos a los pies de esta estatua ubicada a 5 kilómetros de la ciudad, un lugar ideal para disfrutar la puesta de sol.
Y el encanto de las alpacas y llamas lo puede vivir en el Parque Arqueológico de Sacsayhuaman ubicado a 3 Kilómetros al norte de la ciudad de Cusco. Sobre la parte alta de una montaña, abarca aproximadamente 3,000 hectáreas, en las que existe una rica fauna y flora andina, destacando la presencia de los animales de la región.
Las salineras de Maras cada vez toman más fuerza, inmersas en la impresionante belleza andina del Valle Sagrado, los cerca de 3.000 pozos ofrecen una nueva mirada al sorprendente ingenio y destreza incaica. Los estanques de sal parecen incrustados en una capa de nieve que cubre la ladera de la montaña, sin duda es una vista impresionate. Cada una posee diversos tonos de blanco o marrón y provee a Perú su sal rosa, que ha sido recomendada por expertos como una opción saludable para aromatizar comidas debido a sus propiedades curativas.
Por último, el Centro artesanal que es el mayor mercado en la ciudad, ofrece gran variedad de artículos elaborados a base de piel de alpaca, tales como alfombras, sacos, abrigos, gorros y chalinas. Para llegar hasta allí puede desde la plaza de armas caminar por toda la Avenida El Sol, al final se encuentra el mercado en un edificio de color rojo brillante.
Comiendo como dioses
La exquisita comida cusqueña se caracteriza no solo por su sabor, también por la magistral combinación de productos andinos típicos de la región, una de las expresiones más representativas de su cultura.
Para vivir toda una aventura gastronómica, el emblemático Qespi Restaurant es el recomendado, allí encontrará especialidades artesanales de la zona elaboradas con ingredientes frescos en un entorno elegante para que disfrute de una experiencia inolvidable. Allí también se ofrece comida peruana informal elaborada con ingredientes procedentes del mercado de San Pedro, un bar completo y una chimenea acogedora, lo cual lo convierte en una fantástica alternativa a los restaurantes de excelente gastronomía.
Chancho al horno, carne de alpaca, sopa de papa, ceviche peruano, sopa de quinua y choclo con queso son solo algunas de las delicias con las que se puede deleitar en su visita a este paraíso gastronómico.