Un gran desafío fue el que debió enfrentar las últimas semanas la actriz argentina, Yamila Reyna, quien para su reciente producción cinematográfica, un filme sobre pádel dirigido por Gabriela Sobarzo, debió soportar sesiones de más de una hora de maquillaje para borrarse tres simbólicos tatuajes que se hizo para recordar a su fallecido padre y para conmemorar sus inicios en la actuación.
PUBLICIDAD
Duro proceso para Yamila que, tal como ocurre con otros actores de grandes producciones hollywoodenses, le permitió personificar un rol alejado de su tradicional figura.
Las marcas que Yamila Reyna borró para su último filme
“Ha sido un desafío para el equipo de maquillaje porque mi personaje, el perfil que tiene, no usa tatuajes y donde más se notan en el rodaje es en las escenas que estamos en la cancha de pádel, que es prácticamente la mitad de película”, cuenta en lun.com.
Un proceso liderado por Clara Farto, jefa de maquillaje y peluquería del filme, que lleva poco más de una hora y en el que “se requiere bastante tiempo para que quede perfecto y esté adecuado para los primeros planos de cada escena”.
“Hay que retocar constantemente. Fue un desafío para el equipo de maquillaje, la verdad. Yo tengo tres tatuajes bien notorios y el proceso en sí demora, claramente. Intentaba, cuando me bañaba cada noche, no refregarlos tanto para no tener que hacerlo de cero, pero sí, la verdad que es un proceso que se demora un poco”, agrega Yamila, quien dejó por algún momento en las grabaciones esas marcas que decidió hacerse para recordar en su cuerpo sus inicios en el oficio actoral y la presencia espiritual de su progenitor en su vida cotidiana.
Hay que retocar constantemente. Fue un desafío para el equipo de maquillaje, la verdad. Yo tengo tres tatuajes bien notorios y el proceso en sí demora
— Yamila Reyna
“Tengo tres tatuajes: en la espalda, muñeca y cuello. Uno es de las caras de teatro, que fue cuando egresé de teatro en Buenos Aires. Otro es una estrella que representa a mi padre, y el tercero es una frase que llevo como escudo de protección en mi brazo”, revela.
“Una vez tuve que hacer una función en Chile de stand up, y yo estaba muy mal por la enfermedad de mi padre, que ya estaba muy mal. Y fue una función hermosa. La gente lo pasó muy bien. Leo Murillo, quien era el dueño de la sala, grabó y se lo mandó a mi papá y él, con la poca voz que tenía, me mandó una frase que dice: ‘La sangre es nuestra y el talento es tuyo’. Entonces, lo tengo tatuado en mi brazo y es mi escudo de protección siempre, que me acompaña a todos lados”, finaliza.