Chile

Karla Melo no se cierra a hacer una carrera como solista: “Quiero hacer canciones”

La actriz, Karla Melo, nos habló el éxito de Vicho y las gaviotas en Gemelas, dentro y fuera de la pantalla. Además, hablo de sus ganas de ser solista.

Hoy la vemos en las pantallas de Chilevisión, interpretando a Magaly en la teleserie Gemelas. Al igual que su personaje, Karla Melo es apasionada y perseverante, y está convencida de que, si se quiere lograr algo, hay que intentarlo hasta que resulte. Comparte el éxito con Vicho y las Gaviotas, el grupo de cumbia ranchera que se hizo conocido en la teleserie nocturna, pero que tomó vida fuera de la pantalla. Con un disco en las plataformas digitales y varios conciertos a lo largo de todo Chile, el grupo, liderado por Francisco Gormaz, se ha transformado en un fenómeno.

Esta semana filmaron el primer videoclip, que la tendrá a ella como protagonista. “Éste es mi momento”, dice entusiasmada, y cuenta que siempre le gustó cantar y que tomó clases para perfeccionarse. El primer registro audiovisual, que lanzarán próximamente, es de la canción Eres tú, una de las favoritas del público.

Karla Melo refleja seguridad. Es cercana y directa. No tiene reparos en decir lo que piensa y responde con confianza. La actriz de 33 años valora el momento profesional que vive y agradece el constante apoyo que recibe de la gente.

Vestido, Mango

Botas, Bata

Cinturón, JC Encueradas

 

¿Cómo vives el éxito de Vicho y las Gaviotas?

Me encanta. Siempre me ha gustado cantar y me creo el cuento. Digo que me creo Selena (ríe). Me creo la mejor cantante del mundo y lo doy todo. La gente me quiere y me etiqueta en Instagram. Entonces, estoy viviendo un sueño súper bacán.

¿Qué te ha llamado la atención del mundo de la cumbia ranchera?

Me sorprendió saber que es el género más escuchado en Chile, que hay más de tres mil bandas de cumbia ranchera y que son estilos de vida. Son familiares, por ejemplo, los primos o los padres con los hijos crean una banda. La gente vive ranchereando. Sobre todo en el sur. Es como una tradición que va de generación en generación.

¿Crees que sus letras nos representan como sociedad?

Sí, porque se canta sobre el amor, desamor y fiestas. De eso hablan las canciones en general, y ¡a quién no le ha pasado!

El 23 de este mes, se presentan en el Gran Arena Monticello. ¿Cómo se preparan?

¡Con todo! Desde el vestuario hasta viendo si tenemos a otros invitados, cantantes, actores, canciones nuevas, covers, y también moviéndonos para vender entradas. Queremos que se llene.

Blusa y jeans, Neutro

Cinturón, JC Encueradas

Pañuelo, Mango

Eres la única mujer del grupo. ¿Cómo es tu relación con el resto?

Al principio pensaba que iba a necesitar a una partner, a mi hermana o a alguien. De puro mamona, porque ahora no necesito a nadie (ríe). Lo pasamos súper bien con los cabros y tengo mis espacios, como mi pieza sola, porque ellos duermen de a dos. No tenemos ningún problema.

En 2012 fue la primera vez que te vimos en pantalla con la serie El Reemplazante. ¿Te costó llegar a donde estás ahora?

Nada es gratuito, nada es tan “oh, qué suerte tuviste”. Uno siempre busca y, cuando busca, encuentra. No soy de las que se queda sentada esperando que la llamen. No me importa que sea el rey de no sé dónde, lo llamo, aviso que existo, por si me habían olvidado (ríe). Uno recibe hartos “no”, entonces es importante no achacarse ni decir que no lo vas a seguir intentando. Si te han dicho veinte veces “no”, alguien te va a decir que sí.

Esas situaciones bajonean a algunos…

Sí, pasa caleta. Al final se ponen a buscar en otras áreas, que tampoco está mal, pero creo que no hay que abandonar el sueño. Si quieres hacer algo y no te resulta, sigue intentándolo y, si tienes que hacer otra cosa a la par, hazla. Pero abandonar para siempre, no lo hago. Gemelas la terminamos de grabar en diciembre de 2018, y ya llevo un año y un mes sin hacer teleseries. Desde 2012, todos los años hacía una, y ahora se cortó la cadena y salió lo de la banda. Podría haber dicho que no, como mis otras dos compañeras que tenían otros proyectos y otros intereses, y dije “voy”. Sentía que, si decía que no, me iba a arrepentir después.

Jardinera, polera y bolso, Mango

Botines, Bata

¿Tienes otros proyectos?

Mi tiendita de Instagram donde vendo poleras (@wearmelo). La música me tiene bien entusiasmada, así que quiero indagar sola por ahí. Y de actuación, siempre hay cositas, uno va a un par de casting a ver si llaman o no. Nada concreto.

¿Piensas hacer tus propias canciones?

Sí, quiero hacer canciones. ¡A ver si me resulta!

¿Y cuál sería el género?

No sé, me gustan muchas cosas. He hablado con hartos músicos y dicen que uno tiene que empezar a cantar no más y ahí sale.

¿Pero más tirado a lo romántico?

No, me gusta más lo urbano, el soul. Como Cristian Castro, ¡no! (risas).

¿Algún cantante que te inspire?

Mi musa inspiradora en este momento es Nathy Peluso. Estoy frikeando con ella.

Vestido, Mango

Botas, Bata

«Soy súper picota»

Subes hartas historias de tu vida cotidiana a Instagram. ¿Cuál es tu límite con la intimidad?

Es como se siente en la guata no más. Me falta subir una foto en el baño sentada (ríe). La he subido, pero al revés, mostrando el confort. Pero sí, me ha pasado la cuenta mostrar algunas cosas.

¿Cómo qué?

Como con los ex, por ejemplo. Terminas y todo el mundo quiere saber.

¿Y ahora estás pololeando?

No. Y si no estás pololeando, te dicen “ya, pero no te gustó mostrar cuando estabas feliz, cuenta ahora qué pasó, po’’. A mí no me importa y no cuento nada. Cuento lo que quiero contar y, si no te gusta, deja de seguirme y no hay ningún problema. Es muy normal terminar, volver. Como que la gente dice “oh, qué terrible”, y al final todo el mundo ha terminado. Cuando estás ahí, todo enamorado, no te importa y quieres puro mostrarte. No tengo mucho filtro.

No hablas mucho de tu vida familiar, pero has dicho que quieres mucho a tu abuela y que te criaste con tu hermana, lejos de tu mamá. ¿Eso define tu personalidad?

Me parece que sí. Todo lo que te pasa define tu personalidad. Ellas son mis amores. Con mi hermana nos crió la abueli, y nos separamos, hace un año y medio, después de vivir una vida juntas. Somos muy amigas y siempre nos dicen que es bacán la relación que tenemos, porque hay mucha gente que no tiene buena onda con sus hermanos y nosotras no lo entendemos.

Decías que el feminismo es una de tus grandes luchas.

Sí, y mi hermana, precisamente, es la que más me inspira. Ella se metió a fondo en el tema y cualquier cosa que yo diga que está mal, ella me dice “Karla, eso está mal”. Lo que más me ha marcado, del día a día, es fijarte en otra mina. Cualquier cosa que uno dice, como “uy, qué bonito o qué feo”, que para mí era tan normal, ella me advierte que está mal, porque no tienes que opinar del cuerpo de otra. Me cuestiona todo.

¿Te consideras competitiva?

Soy competitiva, porque no me gusta perder ni en un juego de cartas. Pero con otras mujeres he aprendido que somos todas diferentes. Por ejemplo, cuando me llamaban a un casting para un personaje, altiro les avisaba a mis amigas actrices y varias me decían que nadie hacía eso, porque pueden llamar a la otra y no a ti. Todas somos diferentes, entonces no es competencia.

¡Qué generosa! Eres bien segura si haces eso.

Es que encuentro que es así. Puede ser que hasta el tono de voz de ella les guste más que el mío. En la tele se fijan en aspectos superficiales.

Y con respecto al machismo, en alguna situación, ¿te hicieron sentir inferior por ser mujer?

¡Eso jamás! (ríe). Sí viví el machismo y el abuso de poder. No quiero decir nada específico, porque ya está muy chacreado, los nombres ya están. Además, siempre he sido media achorada. Una vez me pidieron que bajara de peso o que comiera lechuguita, porque iba a usar peto. Esa petición vino de una mujer además, entonces me dio lata. No me encuentro gorda, no tengo sobrepeso y, si me hicieron un casting y me eligieron, me querían cómo soy, supongo. Me pico altiro, y recuerdo que le respondí «búscate otra actriz, llama a la no sé cuánto». Soy súper picota.

Y por esos comentarios, ¿te cuidas de alguna forma?

Nada, me vine comiendo una marraqueta con huevo y queso. Encuentro que basta de mostrar puros estereotipos de belleza de mujer, porque, al final, todas somos bonitas, todos los cuerpos son bonitos. Ésa es mi lucha también en Instagram. Me encantaría sacarme una foto linda y que se vea toda mi celulitis, mi rollo, me atreva y me encante subirla, pero todavía no lo logro. No me he sacado la foto bonita para hacerlo. Las chiquillas me dicen «eres perfecta», y yo les respondo «cabras, le puse ocho filtros a la foto». Además, ¿qué es perfecto? Sigo cuentas feministas, que suben fotos de cuerpos reales. Siempre comparto esas cosas, porque muchas cabras se sienten feas. A todas nos ha pasado.

¿Cómo te tomas las críticas?

En general, no recibo tantas. Como que caigo bien, la gente me quiere, pero, cuando me ha llegado, me pico. Quiero funar a todo el mundo. El otro día me pusieron que actuaba y cantaba mal, le saqué un pantallazo, lo subí a las historias y la gente le empezó a contestar y después lo borré. ¿Para qué me caliento la cabeza? ¡Da lo mismo!

Compartiste en redes sociales fotos en manifestaciones y marchas durante estos meses. ¿Siempre te han preocupado las diferencias sociales o despertaste también?

Siendo súper honesta, desperté con todo Chile. Antes no me interesaba mucho la política. El feminismo sí, pero la política en general no. El estallido social provocó que se hable en todas las mesas y me llegó a mí también. Ahora los carretes no son sólo para ir a hueviar, sino que para hablar de lo que está pasando, con la familia, con los amigos, con la gente nueva que conoces y cuando viajas. Quedarse ajeno, de verdad, es ser alienígena, como dijo por ahí una señora (ríe).

Toda la razón. ¿Y por qué no te interesaba la política?

Sentía que nada tenía que ver conmigo, que nada me representaba, nunca pesqué. Igual iba a votar y veía cuál me tincaba más. Ahora está todo en el celular. Si no sabes, es porque no quieres.

Con todo lo que está pasando a nivel mundial. ¿Cuál es tu mirada del futuro?

El tema de los hijos, por ejemplo, he leído caleta de gente que decidió no tener. Por mi parte, no he querido ser mamá, y también pienso que ésta es otra razón para no serlo.

¿Nunca has querido?

No, no es tema. Cuando tenía 23 años, mi mejor amiga tuvo una sobrina y yo estaba enamorada de esa guagua. La miraba y lloraba. Algo me pasó con ella. Pero después se me pasó y ahora no, no me dan ganas. Tampoco me cierro. Si algún día siento que quiero, lo hago. No es algo que tengo planeado y me da miedo lo que pueda pasar con el planeta, con Chile. El Presidente no pesca, se hace el hueón, y todos se hacen los hueones, entonces hay que esperar que se vayan, porque no los hemos podido echar. Ojalá que podamos cambiar todo, que salga toda esa gente y que entren personas nuevas con buenas intenciones, honestas. Siempre hay esperanzas para mí.

Revisa el backstage de la sesión de fotos de Karla Melo

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