Por: Carolina Palma Fuentealba.
PUBLICIDAD
Reconocemos a la actriz, comediante y locutora, Jani Dueñas, por su look alternativo, andrógeno, como ella misma reconoce. En sus stand up suele hacer alusión a su look, a la vida íntima y también a la belleza, como en una charla que dio junto con la psicoanalista Constanza Michelson. Sin censura, criticó el concepto chileno de belleza, por lo mismo, quisimos conocer a fondo la relación con este tema.
Más ahora que hace un año logró bajar más de 10 kilos. «Mi bajada de peso tiene que ver con salud, porque tengo problemas a la columna, y tengo que mantenerme flaca si no quiero ser una vieja en silla de ruedas. Por otro lado, tuve una depresión grande el año pasado; me quedé sin pega, terminé con mi pololo y murió mi papá…terrible. En ese momento, tomando antidepresivos bajé de peso. Cuando salí de la depresión, caché que tenía que aprovechar y cambiar mi estilo de vida, porque hay una etapa en la depre que uno se destruye mucho. Me engrupí con la alimentación saludable, porque uno realmente es lo que come, así que me metí a trabajar con una nutricionista. Esta es la vez que más he bajado de peso y la vez que menos me costado mantenerlo en mi vida», confiesa.
Está soltera, pero tiene ganas de volver a vivir en pareja, porque no quiere «pasar otro invierno durmiendo sola». «Creo en el amor, y tengo muchas ganas de enamorarme de nuevo. Nos van a romper el corazón mil veces, es terrible y se pasa pésimo, pero no podemos hacer otra cosa que volver a enamorarnos. Estoy completamente abierta a la posibilidad», declara Jani.
¿Te consideras una mujer bella?
Sí, me considero una mujer bella, no en el sentido convencional de la belleza occidental, de lo que se supone que es bonito. Me considero una mujer bella si por belleza entendemos una cierta armonía visual o una cierta armonía entre el exterior y el interior.
¿Cuál es la idea de ser bello en Chile? ¿Aún creemos que es ser «clarito»?
Totalmente. En todo el mundo occidental existe esa idea de belleza. Si hablamos solamente de lo estético, la claridad de la piel, la delgadez, pelo largo, ojalá claro. En Chile nos imponen un modelo de belleza súper europeo que no tiene nada que ver con nuestras raíces. Por lo tanto, es difícil calzar con esa belleza permanentemente. De ahí que uno se haga tantos cambios a lo largo de su vida como teñirse el pelo, querer estar más bronceada, más flaca. Las mujeres estamos todo el tiempo queriendo calzar en una idea de belleza que no tiene que ver con nosotros. Todo muy alimentado por publicidad y el mundo de la moda.
¿Te consideraste fea en algún minuto o no la más linda del grupo?
Nunca he sido la más linda del grupo y sí me consideré fea en algún momento. Tengo una estética distinta por lo mismo. Cuando chica era gorda, nunca fui de las bonitas del curso. De ahí viene que uno desarrolle otros talentos como el humor, la simpatía, la inteligencia, el mundo interior, para compensar un poco eso. Cuando eres adolescente no sabes por qué lo haces, pero si no calzas con la «bonita popular», tienes que tener otras cosas. Ahí quieres ser la más simpática, la más graciosa. Mi camino hacia el humor tiene que ver con eso. Nunca he sentido que calzo en esos estándares de belleza porque siempre he tenido el pelo corto, me visto más andrógena, más masculina. Mi búsqueda iba por cuestionar lo femenino.
PUBLICIDAD
¿Qué es lo femenino?
La que se sienta con la pierna cruzada, que no dice garabatos, que es suavecita, que tiene el pelo largo, ambiciosa, pero no tanto, graciosa, pero no tanto. Esa cosa mesurada que nos enseñan que tenemos que ser las mujeres, no ser muy «algo». Ese tema ha sido una pelea constante en mi vida. Después, estudiando actuación, me di cuenta que tenía todas estas otras cosas que había desarrollado y dejé de sufrir por ese tema. Pero hasta la universidad era tema. Después en la escuela de arte o teatro, pertenecía a un mundo alternativo donde comencé a ver una diversidad de mujeres, hombres y entidades sexuales. Cuando uno se abre al mundo adulto es capaz de tener una gama amplia. Eso ocurre cuando uno ha visto el mundo. Cuando estás encerrada en adolescencia o juventud es difícil ver más, porque estás muy guiada por lo que te enseña la cultura.
¿Cuándo te diste cuenta del poder que tenemos las mujeres?
Al estar frente a un escenario. Como actriz uno hace diferentes roles y tu estética personal pasa a segundo plano, porque interpretas un rol. Cuando me decidí a ser comediante y comencé a trabajar con mi discurso, con mi imagen, con mis ideas, a contar mis historias, me di cuenta que era atractiva. Empecé a cachar me castigaba sola, porque nadie me decía que lo tenía que hacer. Uno piensa que no es suficiente: «No soy lo suficientemente flaca, blanca, linda». Todas esas cosas eran autoflagelarse. Finalmente, a la gente le importa mucho menos de lo que te importa a ti. La gente cuando te ve arriba del escenario está más interesada en una totalidad que en la estética. Somos muy injustas con nosotras mismas; nos imponemos castigos que nadie nos pide. En el momento en que me decidí hacer humor, dejé en segundo plano si era importante ser bonita o no. Para hacer humor, si eres muy linda, tampoco te ayuda tanto. Si eres demasiado linda, no necesitas ser chistosa. Para mí lo importante es hacer reír, que la gente me escuche. Cuando uno deja de preocuparse de ese tema, te das cuenta del poder de lo otro. . La juventud pasa, la belleza también. Cuando la mujer pierde el atractivo sexual, quedan vacías, ¿qué más tienen? La belleza dura un rato, hay que acompañarla de poderes más permanentes y, si no los trabajas, va a llegar un momento que lo pasarás muy mal.
Bajaste mucho de peso este tiempo, ¿te sientes bien?
No te voy a mentir, te sientes bien. Siempre quise ser más flaca de lo que era. Ser gordita ha sido mi trauma permanente. Uno vive en esta cultura y es difícil aislarse y, evidentemente, me afecta la publicidad y los estándares. Todo esto que te dije, no significa que yo esté por sobre todo, más bien que es una realidad cotidiana de la cual tengo consciencia, para saber que no me tengo que volver mono con el tema. Ahora fui a la playa el fin de semana, volví y estoy más hinchada, pero sé que me puedo volver a cuidar. Uno tiene que saber qué te hace feliz. Si vas a ser feliz bajando 10 kilos, bájalos. Si quieres operarte las pechugas, hazlo. Estoy de acuerdo con todo lo que te haga sentir bien contigo mismo, no por el mino o porque voy a ser parte de un grupo social.
Una gran característica tuya es el pelo corto. ¿Odias el largo?
Igual lo he tenido un poco largo, pero me aburro, así que me lo corto. Son como los tatuajes: cuando ha pasado algo importante en mi vida, me lo cambio. La estética es súper buena para jugar; tengo piercings, tatuajes, me he teñido de todos colores. El pelo es lo menos permanente. Encuentro la raja cambiar, y siento que las mujeres podrían jugar más. Hablo de eso en mi monólogo. Uno ve muy pocas mujeres de pelo corto. Generalmente, a las mujeres les cuesta deshacerse del pelo largo, parece que la sensualidad y femineidad están arraigadas en el pelo. Cuando te cortas el pelo, desaparece una herramienta y debes buscar otras. No podría pasarme cuatro años con el mismo pelo.
Hace un par de meses te fotografiaron desnuda para una revista…
Sí, es que es importante ver la diversidad de cuerpos de mujeres que existen. Todas las chilenas somos distintas. Con las mezclas de razas, vemos unas más europeas, otras con rasgos indígenas. En la variedad está la belleza, no tenemos que ser todas iguales.
En esa entrevista dijiste que el 80 por ciento de las chilenas tenemos guata. ¡Qué cosa más cierta!
Es que si no tienes guata, tienes una buena genética o dedicas mucho tiempo hacer ejercicio, y no todas podemos hacerlo. Hacer lo que puedas, hacer cosas que hagan sentirte bien, y acompañar al espejo y decir: «soy ésta, hay cosas que no van a cambiar. ¿Qué hago? ¿Me sigo castigando o me comienzo a querer un poco?». Dentro de eso también perfecciono lo que puedo. A mí me faltan cinco kilos para estar en mi peso ideal. No estoy desesperada si no los bajo, me interesa tener buena salud. Me interesa pensar en cómo voy a envejecer, y no tener una vejez de mierda.
¿Te liberó hacer el desnudo?
Sí, una experiencia liberadora, no ha nivel místico, pero fue bueno. Venía con este cambio de bajar más de peso, comer mejor, de estar más tranquila. Siendo actriz, aunque se supone que somos liberadas, no siempre es así. Hacer esa sesión de fotos, que hicimos con un grupo muy reducido y respetuoso, me sorprendió cachar que me sentía cómoda con mi cuerpo estando desnuda o en calzones, en este espacio que no es tu pieza. Descubrir cuán tranquila estaba, me pareció bacán y qué lindo reflejar esta paz que tienes con tu cuerpo.
¿Y qué zonas te gustan más ahora?
He redescubierto mi cuerpo. Antes me cargaba todo mi cuerpo, porque me encontraba guatona. Cuando me miro, me encantan mis piernas. Ahora las luzco ene. Soy mala para ponerme vestido, siempre me he vestido más masculina y tenía un discurso de vestirse como mujercita. Ahora full mini, aparecieron mis piernas. Mi cara siempre me ha gustado. Tengo la suerte de tenerla armónica. Todavía siento que no tengo poto, los brazos me cuesta ene adelgazarlos, pero igual me gusta cómo estoy ahora. Creo que nunca, y esto sonará como para titular, en mis 42 años de vida, me había sentido tan satisfecha con cómo me veo a mí misma, físicamente hablando.
¿Qué pasa con la belleza de ellos?
Los hombres son menos castigadores con ellos mismos. Cada vez les importa más estar bien y hay más moda, y es la raja que eso suceda, porque para qué se van a quedar fuera de jugar con la estética. Nosotras estamos educadas para ser permisivas con ellos. La Paloma Salas, con quien hacemos stand up, dice que de los 30 para adelante no quedan minos flacos, y todas nos estamos tirando a un gordo. Y si una está gorda, piensa que no te van a querer porque estás gorda. A ellos les da lo mismo, porque han tenido la posibilidad, en su formación, que les da más tiempo para desarrollar su personalidad como algo atractivo. A nosotras, sobre todo en la pre adolescencia, no se nos enseñan a ser chistosas o interesantes, se nos enseña a ser bonitas. Ahí nos perdemos. Uno no se enamora del más bonito, pero es bacán. ¿Por qué uno no debiera confiar así en una misma? Tal vez no soy Josefina Montané, pero soy una mina bacán y obvio que varios pueden enamorarse de mí.
Este miércoles 26, se presenta en el after office del hotel San Francisco y luego en el Comedy Resto Bar (Seminario 614). Para estar al tanto de sus presentaciones, síguela en Twitter @janidejesmar o el Facebook JaniDuenass.
Así fue la sesión de fotos de Montserrat Ballarin para Nueva Mujer
No te pierdas el backstage de Montserrat Ballarin para Nueva Mujer