Recientemente, la Agrupación Cultural de Protección al Huemul de la Patagonia informó sobre el avistamiento de un ejemplar macho de huemul adulto, que presentaba una extraña protuberancia en su costado izquierdo, además estar en un evidente estado de desnutrición.
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Según consigna el diario El Divisadero de Coyhaique, este no sería el primer caso registrado y las autoridades de la zona ya estarían en conocimiento de las medidas sanitarias a seguir para mejorar la salud de los huemules en la región que va desde Reloncaví hasta Magallanes.
A más de mil kilómetros al norte, la situación de los huemules es esperanzadora. En la provincia de Ñuble, específicamente en las reservas nacionales Ñuble y Huemules de Niblinto, no se sabe bien cuántos ejemplares quedan. Moisés Grinberg, jefe de flora y fauna en la gerencia de áreas protegidas de Conaf, asegura a El Mercurio que “haciendo una proyección podríamos hablar de entre 50 y 100 individuos”. Si bien los últimos monitoreos indican que las poblaciones se están reproduciendo y gozan de buen estado de salud, su subsistencia no podría garantizarse a largo plazo.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Concepción en 2008, las población tienen un riesgo alto de desaparecer, con un tiempo de extinción que puede variar entre los 27 y los 42 años. Todo esto, a causa de la pérdida de hábitat, la poca reproducción de las hembras y los bajos niveles de variabilidad genética, producto de la endogamia.
Los fondos que se desembolsan anualmente para la protección de este ciervo no son menores. Este año, por ejemplo, el Consejo Regional de Aysén destinó 412 millones de peso al Programa de Protección al Huemul en Aysén. Sin embargo, los especialistas aseguran que se debe rediseñar el programa, realizar un censo de la población de huemules, además de crear un centro de rescate y rehabilitación.
