En el estudio “Defaunación marina: la pérdida de los animales en el océano” realizado a partir de un innovador análisis de datos obtenidos de cientos de fuentes, un equipo de seis científicos determinó que los humanos están a punto de causar un daño sin precedentes a los océanos y los animales que habitan en ellos.
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La novedad del estudio publicado el jueves pasado por la revista Science, es que refleja una tendencia general del bienestar de las especies en los océanos; un reto bastante difícil considerando que lo que el objeto de estudio está a kilómetros bajo la superficie marina. De esta manera, la investigación cruza de manera inédita una serie de factores, tales como los descubrimientos archivados en el registro fósil, estadísticas de transporte marítimo de contenedores, la capturas de peces y la explotación minera.
El resultado es, a lo menos, preocupante: La defaunación marina ha estado ocurriendo hace solo unos siglos, sin embargo ya ha afectado profundamente la fauna marina y el funcionamiento y provisión de seres vivos en todos los océanos. Las áreas protegidas actuales no son suficientes y es probable que la degradación de los hábitats se siga intensificando.
“Podemos estar sentados en un precipicio de una gran extinción“, dijo al New York Times, el ecologista de la Universidad de California, Santa Barbara, y autor de la nueva investigación, Douglas J. McCauley.
Tan grande que no lo vemos
Algunos de los daños más profundos reportados en el estudio hablan de la reducción del 40% de los arrecifes de coral en el mundo como consecuencia del cambio climático y las emisiones de carbono que alteran la química del mar, que lo hacen más ácido. Mientras que de arrastre se realiza en el fondo marino ya ha afectado 20 millones de kilómetros cuadrados de océano, convirtiéndolos en verdaderos ‘peladeros’ acuáticos. La minería, por su parte, cubre actualmente 460 mil kilómetros cuadrados bajo el agua.
Tierra y agua no están desconectados. Muchas especies marinas se han extinguido o están en peligro de extinción por daños provocados en la superficie terrestre, como las aves marinas que anidan en los acantilados o las tortugas que ponen huevos en las playas.
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Aún hay tiempo para la acción
En comparación con los continentes, los autores del estudio determinaron que los océanos, en su mayoría, permanecen lo suficientemente salvajes como para recuperar su salud ecológica.
Según el Dr. McCauley, la limitación de la industrialización de los océanos en algunas regiones podría permitir que las especies amenazadas se recuperen en otros.
“Creo fervientemente que nuestro mejor aliado en la recuperación del océano es el propio océano,” dijo al New York Times, Stephen R. Palumbi de la Universidad de Stanford, autor principal del estudio.
Sin embargo, la única manera en que esto puede resultar, según los científicos, es que estas reservas sean diseñadas con el cambio climático en mente, para que las especies que escapan de las altas temperaturas o déficit de pH sean capaces de encontrar refugio.