Parece una locura pero es verdad. Todas las personas que estén en las terminales del Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolivar en la capital de Venezuela van a tener que pagar un impuesto por respirar aire acondicionado adicionado con ozono.
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Herbert García Plaza, ministro de Transporte Aéreo y Marítimo del país, anunció la medida, que proclamó la primera en América Latina, asegurando que el aire enriquecido con ozono mantendría a los viajeros a salvo del aire impuro y de gérmenes aéreos.
El aire puro estará respirable en la terminal internacional (incluyendo el área de aduanas, túnel de desembarque de pasajeros y área de tránsito) y próximamente será instalado en la terminal nacional.
Muchas reacciones ha causado el impuesto impuesto por el Gobierno venezolano de bioseguridad en el aeropuerto, si bien muchos están sorprendidos, ya que el aeropuerto en general no tiene muy buena calidad para sus usuarios.
“¿Me explican lo del ozono en Maiquetía? Los baños no tienen agua, el aire acondicionado se daña, hay perros callejeros adentro, pero ¿hay ozono?”, escribió en su twitter el presentador y locutor Daniel Martínez.
Y hubo más reacciones sarcásticas en las redes sociales denunciando “una nueva estafa” de la revolución bolivariana. Pero en un país donde el control gubernamental ha hecho desaparecer el papel higiénico, el purificador de aire pareciera ser una mejora, aunque, como saben los venezolanos, los impuestos tienen vida propia y en cualquier momento se podría ir en contra de ellos mismos.
Quizás en lugar de cobrar por el aire puro, una buena medida sería un plan de descontaminación nacional, para acabar con el problema de raíz y no solo tener pequeñas y extrañas soluciones como pagar por respirar aire puro.
