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Hay veces en que es imposible comprender a la madre naturaleza. Al igual que en los humanos, hay madres que no sienten apego por sus hijos y los abandonan sin importarles nada. Esta historia es el fiel reflejo de eso: Cuidadores de una granja en Gales encontraron bajo la lluvia a un pequeño avestruz abandonado por su madre.
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Lo recogieron y se lo llevaron para darle albergue. Con el tiempo el avestruz se ganó el cariño de todos y se convirtió en una especie de mascota de la granja. El problema que tenía preocupados a los cuidadores, era la soledad que tenía el ave. Entonces se les ocurrió la idea de hacerle compañía, pero como no tenían a ningún otro ejemplar de su especie, decidieron ponerle un peluche de avestruz como señuelo.
El peluche es un poco más alto que el avestruz y causó el efecto deseado: Este cree que es su madre. Cuando está junto al peluche, se siente seguro, cuidado, con personalidad y come mucho más desde que está “acompañado”. Sin esta presencia el animal no podría crecer ya que necesita una presencia de su misma especie para poder completar su ciclo evolutivo y poder sobrevivir.
Los encargados dijeron que “El bebé está creciendo bien, está muy alerta y su alimentación es de forma independiente, por lo que finalmente vamos a ser capaces de devolverlo a un zoológico o introducirlo en un grupo de avestruces en la granja” Vía Daily Mail