Camila León, una joven graduada en Relaciones Internacionales y estudiante de un máster en Comunicación, se prepara para dar un nuevo paso en su vida.
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Con la experiencia de haber vivido un año en Barcelona y su pasión por los proyectos sociales, Camila se postula como candidata a Reina San Francisco de Quito con una misión clara: contribuir a la preservación ambiental de la capital ecuatoriana.
“Siempre he sentido que ayudar a la gente y pensar en los demás es algo que nace de mí, no lo veo como un trabajo, sino como una pasión”, comenta. Inspirada por el impacto de la Fundación Reina de Quito, Camila aspira a seguir los pasos de este compromiso social en un rol de liderazgo.
“Busco hacer un cambio en nuestra cultura”
Su proyecto, llamado Quito 360, busca impulsar la reforestación como una herramienta clave para combatir el cambio climático. Camila enfatiza que su motivación surgió durante la pandemia, cuando se dio cuenta de que sin salud y sin recursos naturales, cualquier esfuerzo resulta insuficiente.
El proyecto tiene un enfoque educativo, con talleres y charlas dirigidos a jóvenes sobre la importancia del medio ambiente y la reforestación. Para ello, planea contar con el apoyo de estudiantes de Ingeniería Ambiental de la Universidad San Francisco de Quito, quienes compartirán sus conocimientos con la comunidad.
Además, Camila propone incentivar a empresas privadas a participar en la reforestación mediante incentivos tributarios, con la idea de crear un movimiento colaborativo y sostenible para recuperar las áreas afectadas por incendios en Quito.
Más allá de su iniciativa, Camila también es una vecina activa en su comunidad de Tumbaco. Junto a sus vecinos, colabora en una iniciativa de reciclaje en apoyo a una señora que se dedica a esta actividad. “Todos los días, en mi casa y la de mis vecinos, separamos los desechos para ayudarla. Es algo que hacemos desde hace cinco años”, explica con orgullo.
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Con su espíritu comunitario, amor por el Centro Histórico y el Parque Metropolitano, y sus memorias de infancia ligadas al locro quiteño que preparaba su abuelita, Camila invita a todos los quiteños a unirse en la misión de proteger las áreas verdes y construir un Quito más verde y consciente.
“Es momento de actuar por nuestro Quito y su naturaleza”, concluye, con la esperanza de que su proyecto inspire a muchos más a tomar acción por la ciudad y su futuro.
