En una reveladora encuesta realizada por el grupo feminista “Mujeres Que No Fueron Tapa”, se destapa una realidad que desafía el estigma: alrededor del 70% de mujeres en Latinoamérica admiten sentir algún grado de arrepentimiento por haberse convertido en madres.
Este impactante hallazgo revela que la ausencia de apoyo por parte de las parejas en las responsabilidades de crianza es una de las principales razones detrás de este sentir.
La encuesta, que arrojó luz sobre esta situación, destaca cómo la idea inicial de la crianza compartida impulsa a muchas mujeres a querer ser madres. Sin embargo, cuando la figura paterna se ausenta, la carga de la crianza y los cuidados recae mayoritariamente en las madres.
Este colectivo feminista también señala que persiste en la sociedad el ideal de la maternidad como el medio único de realización femenina.
No a la romantización de la maternidad
En nuestro viaje hacia la equidad y la libertad, es crucial dejar atrás la idealización de la maternidad. Cada mujer es la dueña de su propio destino, y su valía no debe medirse únicamente en términos de ser madre.
Al liberarnos de la idea restrictiva de que la maternidad es la única senda hacia la realización femenina, abrimos las puertas a una gama más amplia de elecciones y experiencias.
Cuando dejamos de idealizar la maternidad, permitimos que cada mujer defina su propio éxito y encuentre su propósito más allá de las expectativas tradicionales. Esta perspectiva ofrece un terreno más fértil para la diversidad de trayectorias profesionales, creativas y personales que las mujeres pueden explorar.
Al desafiar los estereotipos y las presiones sociales, estamos contribuyendo a un mundo donde cada mujer puede florecer y ser reconocida por todas las dimensiones de su ser.
Es hora de abrir el diálogo sobre estas experiencias y desafiar los estereotipos para construir un camino más inclusivo y respetuoso con las decisiones de todas las mujeres.
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