En Colombia, para muchos, la moda todavía es sinónimo de elitismo y sobre todo de racismo, al los detractores de Francia Márquez decir que uno de sus vestidos en Kenia era un mantel.
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Fuera de que han hecho comentarios degradando, de forma racista, al continente africano y haciendo gala de que no conocen su historia, también hacen gala de que creen saber de moda, cuando solamente se ciñen a cánones europeos y coloniales, y por supuesto, anticuados, de lo que creen que es el buen gusto.
Con Francia, se atrevieron a criticar un vestido verde, hermoso, de Capulana, una tela cuya terminología tiene origen en Mozambique, y que sirve para envolver de diversas formas el cuerpo.
Es de origen asiático, y su uso se ha extendido y se ha reinterpretado a través de los siglos, hasta llegar a la silueta que el diseñador Esteban Sinisterra, Esteban African (quien está con Márquez en su viaje a África), le confeccionó.
Pero para algunos detractores arribistas de la vicepresidenta, ella se vistió con un mantel, sabiendo que existen diversos tipos de cuerpos. Y de contextos culturales.
“No hay derecho”
Los autonombrados expertos en moda, se preguntan que “qué necesidad” y dicen todo tipo de comentarios degradantes y racistas respecto a su vestido. Y por supuesto, quienes entienden el contexto de que uno, ninguna mujer le debe belleza a nadie, y dos, que el vestido tiene un contexto histórico, arremetieron contra los racistas.
“Que no se les note el racismo y la ignorancia combinada, partida de majaderos.”; “piden frac para presentarse en la corte de la monarquía española, pero critican un vestido con motivo de la cultura local...”; “lo más basico del racismo, es apelar a la estética”, fueron algunos de los argumentos.
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Otra persona, igualmente, puso el ejemplo de Amanda Gorman, poetisa afro, retratada en Vogue.
La próxima vez que critiquen a la vicepresidenta, no se las den de Juan Carlos Giraldo en La red. La misoginia y el racismo, así como el clasismo, están pasadas de moda.