En el marco del Día Internacional de la Mujer, se ha buscado tomar acción a través de la información y concientización para erradicar la violencia doméstica. En entrevista con Penélope Martínez Ballesteros, directora de Patronato Pro Tamar A.C., habló sobre lo que implica la violencia doméstica y cómo las mujeres pueden adquirir poder a través de herramientas que les permitan protegerse, denunciar y exigir sus derechos.
De acuerdo con la especialista, la violencia también puede ser patrimonial, que es cuando a las mujeres no se les toma en cuenta en el tema de las herencias, dejándolas sin hogar y por ende desprotegidas. Por otro lado, está la violencia económica donde el hombre decide qué se va a gastar, cómo se va a gastar y en qué se va a invertir. Martínez Ballesteros también habló de la violencia sexual, donde el coito es visto como un deber y obligación de la mujer para satisfacerlo y cumplir.
Las cifras de violencia doméstica son alarmantes y van a la alza
“Es un panorama muy amplio dentro del hogar y que también es muy peligroso. Las cifras son preocupantes. Los porcentajes cada vez van creciendo y es conocido que durante la pandemia no es que se haya aumentado, simplemente se visibilizó”, señaló la directora de Pro Tamar.
Sobre dichas cifras, la especialista explicó que se obtienen a partir de reuniones con el Consejo de Atención a Víctimas del Estado de México del que Pro Tamar forma parte. “Los números provienen de INEGI y también como institución, en este caso, la Secretaría de la Mujer”, señaló y agregó que “mes con mes se presentan 8 de cada 10 mujeres” que viven una situación de violencia en su hogar.
La organización también se respalda por encuestas en donde la CDMX es donde más se presentan este tipo de situaciones.
La violencia comienza con sutilezas pero va evolucionando
Para explicar cómo se puede medir la violencia que sufren las mujeres, Martínez Ballesteros habló del violentómetro, una herramienta que señala las diversas manifestaciones de violencia. Hacer bromas hirientes, chantajear, engañar, ignorar, celar o ridiculizar son algunas formas de violencia sutil. “Eso es solamente el inicio de cómo va aumentando. Después viene el destruir tus objetos, quitarte el celular, manotear, tirar tus cosas, pegarle a la pared, pellizcar, empujarte y de ahí se va tensionando hasta amenazar, el abuso sexual, mutilar y lo que conocemos como feminicidio”.
La cultura en la que vivimos ha hecho que normalicemos la violencia
El problema está en que si siempre se ha vivido en una dinámica de violencia, se repiten patrones. “Hasta que tú no haces una revisión de qué estoy aprendiendo o cómo lo estoy transmitiendo, esto se sigue perpetuando”, aseveró Martínez Ballesteros.
Es por ello que es tan importante proporcionar herramientas para empoderar a la mujer y romper el círculo. “En Pro Tamar apelamos a un verdadero empoderamiento que es que tengas el conocimiento de ponerle a las cosas por su nombre. Si yo conozco yo tengo esto, voy a exigir mis derechos. El autoconocimiento es poder. Una mujer que se empodera, que le pone nombre a las cosas, que sabe lo que vale, defiende sus derechos”, explicó la especialista.
Entre las estrategias de Pro Tamar están los diferentes talleres que ofrecen, a través de los cuales brindan atención, impulsan a la reflexión, generan conciencia y ayudan a que las mujeres puedan armar un plan de vida saliendo de ese círculo de violencia. Asimismo les dan un seguimiento en colaboración con la Comisión de Derechos Humanos en donde quienes deciden denunciar, reciban un apoyo constante como capacitación y asesoría legal.