Probablemente jamás nos cuestionamos qué tan valioso es cada acto que tenemos con nuestros hijos, o quizá si, y en este momento justamente estás pensando en cómo cambiar el mundo por y para ellos. En muchas ocasiones de manera personal analizo y digo qué puedo hacer yo para cambiar el mundo, si ya todo es como es. Sin embargo, llegan personas que pueden hacerte pensar que pequeños actos hacen grandes impactos.
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Aurora Díaz conversó con nosotros y nos relata cómo fue el proceso que la llevó a escribir El corazón de mi Abuela y toda la experiencia que quiere transmitir a través de un texto que busca armonizar y concientizar sobre esos momentos de la primera infancia de nuestros pequeños.
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El corazón de mi abuela, un cuento transformador
En el 2021, Aurora escribió un libro para regalárselo a su abuela y poco a poco el proyecto fue tomando fuerza. El corazón de mi Abuela tiene un objetivo claro, y es hablar sobre los valores que inculcan los adultos a los pequeños, pero sobre todo, que esos mensajes nutran su conciencia.
“Esta iniciativa busca generar conciencia sobre cómo la amabilidad y la empatía nos permiten madurar como sociedad, reducir los niveles de violencia, bullying y otro tipo de abusos y generar espacios de respeto y crecimiento comunitario”, cuenta Aurora.
A raíz de haberse convertido en mamá, la vida para Aurora tomó un rumbo diferente y entendió que el verdadero reto dentro de su maternidad es cuidar las emociones, vivencias y retos que enfrenten sus pequeños. Uno de los valores más especiales que heredó de su abuela y que quiso plasmar en el cuento es la amabilidad, y que para la autora fácilmente podría resolver todos los problemas del mundo y hacer de los seres humanos, personas mejores.
“El poder mágico de la amabilidad resuelve todos los problemas y abre todas las puertas y ventanas del mundo. No importa donde estés, de donde seas o el color de tu piel, la amabilidad es universal, transformadora y poderosa”, revela la autora.
El cuento termina con un profundo abrazo que transmite que la amabilidad es la representación del amor, y el amor es pura luz. Haciéndonos replantear cuál es el verdadero reto de la maternidad y paternidad.