Una mujer llega hasta una unidad médica con una lesión, moretón, rasguño u otras lesiones evidentes, si bien pueden deberse a muy diversas causas, la presencia combinada de estos factores hace sospechar de la existencia de violencia de género en su gran mayoría. Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que omiten contar la verdad detrás de estos actos? La intimidación, amenazas y miedo pueden llevar a callar estos hechos.
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Este tipo de violencia sigue siendo un problema en la sociedad actual, que ha cobrado innumerables vidas en la mayor parte de casos, a manos de sus parejas. Pero la violencia de género no se ha reducido a agresiones físicas. Hay muchos tipos de violencia de género, y te hablaremos más de ello.
Violencia física
La más visible y reconocida como violencia de género. Dentro de este tipo de violencia se incluyen golpes, heridas, fracturas y otros. Si bien en ocasiones se pueden llegar a producirse durante una discusión, empujones y jaloneos, también entran dentro de la categoría de violencia física porque cualquier mal golpe puede producir una incapacitación física debido a las consecuencias de las agresiones, e incluso según el nivel de daños causados puede llevar a la muerte.
Violencia psicológica
Si bien a nivel físico puede no existir una agresión, la víctima se ve humillada, minusvalorada y atacada psicológicamente. Este tipo de violencia es uno de los más críticos y de los que no se habla. Según Ana Lucía Carrión, especialista en psicología “la violencia psicológica es la que más destruye la autoestima, la integridad de una persona, y en muchos de los casos, la víctima llega a acabar con su vida por la falta de recursos internos que la persona posee para hacer frente a las diferentes situaciones de su vida”.
Dicho ataque puede ser directo y realizado activamente en forma de insultos y vejaciones o bien, llevado a cabo de un modo más pasivo, desvalorizando a la pareja sin que ésta considere que está sufriendo un ataque. También hace sentir que la persona se sienta indefensa, obligada a hacer determinadas acciones y dependiente del agresor, culpable de la situación de abuso y merecedora de un castigo.
Violencia sexual
Si bien puede considerarse hasta cierto punto violencia física, la violencia sexual se refiere específicamente a ese tipo de situaciones en las que una persona es obligada o coaccionada a realizar actividades de naturaleza sexual en contra de su voluntad. La experta Carrión revela que no es necesario que exista penetración ni que se produzca el acto sexual. “En la mayor parte de los casos hay presencia de prostitución forzada, aborto, mutilaciones genitales, acoso o tocamientos indebidos”, revela.
Violencia económica
Dentro de este tipo de violencia existe la reducción y privación de recursos económicos a la pareja con la finalidad de manipular o con la intención de dañar su integridad. Así, se obliga a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la víctima al mundo laboral, por lo general mediante amenaza, desvalorización o restricción física.
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Violencia social
La violencia social se enfoca en limitar, controlar y aislar a la víctima. Se separa a la mujer de su familia y amigos, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno. En este tipo de violencia también existe parte de afectaciones psicológicas al desmotivar y manipular con agresiones verbales a la persona e incluso en ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno, produciendo que la persona o su entorno decidan desvincularse.
Violencia vicaria
Un gran número de parejas en las que se produce violencia de género, tienen hijos. En muchas ocasiones el agresor decide amenazar con agredir e incluso matar a dichos hijos con el propósito de dañar a su pareja o expareja. El impacto psicológico es lo que se busca, a través del control, el sometimiento y las agresiones a personas que no están directamente involucradas directamente en el conflicto.
La violencia puede estar presente en cualquier ámbito. El trabajo, la casa, la calle, el transporte público, escuelas y colegios a diario son lugares que presencian estos hechos. Ante esto, todos tenemos la responsabilidad de romper el silencio y denunciar. No es sencillo salir de este momento que te envuelve y de a poco destruye, pero recuerda que no estás sola, afuera hay muchas personas especializadas para brindarte apoyo y contención sin juzgarte, y con muchas herramientas para apoyarte.