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¿Qué barreras enfrentan las mujeres cuando sufren violencia de género?

Un importante estudio de Avon revela datos críticos sobre la violencia de género en el país.

Avon y Fundación Avon, de la mano de Quiddity han desarrollado una investigación en la que determinaron cuáles son las barreras más frecuentes que enfrentan las mujeres al momento de denunciar violencia de género a nivel regional.

Los hechos violentos tienen un matiz de presentación, que incluyen el grito, el insulto, la mirada y el golpe, el acoso, el aislamiento, el olvido, la invisibilidad, la negación de los mínimos derechos, hasta el uso de armas mortales en su contra.

La misma puede tener lugar en distintos ámbitos de reproducción:

  • Dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal de la mujer.
  • En la comunidad, en el trabajo, instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.
  • Los tipos pueden ser: sexual, física, psicológica, económica y simbólica.

Composición de la muestra

De los cuatro países incorporados en el estudio: Argentina, Ecuador, México, y Colombia, se obtuvieron muestras representativas de la población nacional. A través del relevamiento de ciertas características sociodemográficas se comprendió las diferentes percepciones, experiencias y vivencias que tienen las mujeres en función de su edad, nivel socioeconómico, residencia y situación laboral.

Existe un alto nivel de conocimiento sobre ‘violencia de género’, y un bajo nivel de conocimiento sobre lo que abarca esta problemática

La violencia de género es percibida como una problemática estructural que se ha ido visibilizado en los últimos años. El trabajo de los grupos feministas han impulsado este reconocimiento, sin embargo, hay una notable dificultad en su interpretación que genera sesgos y dudas respecto a las diferentes formas de manifestación y en los ámbitos que se producen:

  • Asociado a violencia física y a los femicidios/ feminicidios
  • Ligado a ámbitos domésticos

Ciclos de la violencia de género

En 1979, Leonor Walker psicológa estadounidense acuñó el terminó de ciclo de la violencia para entender como se desenvuelve la violencia doméstica.

  1. La primera fase denominada “acumulación de tensión” se carcateriza por presentar una escala gradual de tensión en la que se identifica las pugnas continuas y actos violentos. Es una etapa sin duración o fecha de término.
  2. La segunda fase de “explosión” es la más breve a las tres. En esta fase podemos identificar un cambio en la dinámica de la violencia de género. Es decir rompe con la violencia sostenidad hasta cuando empiezan los insultos y amenazas.
  3. Por último la fase de “reconciliación”. En esta fase la mujer se limita a la posibilidad de denunciar. La pareja afirma que este evento fue solo algo del momento y asegura que jamás se volverá a repetir.

Se reveló que 3 de cada 10 mujeres fueron violentadas por su condición económica, profesional y académica

Sí, así como lo lees... 3 de cada 10 mujeres declararon no poder tener libertad de decisión sobre el manejo del dinero, o hacer uso de él libremente. Esto se dio con mayor frecuencia en mujeres que trabajan de manera informal (39%).

En otro de los casos el 64% que logró separarse de sus parejas manifiesta que sus ex parejas no cumplen con su responsabilidad de pago de cuotas de alimentos, afectando el derecho de sus hijos/as.

Más de la mitad de las mujeres han sufrido violencia piscológica

La violencia psicológica es una de las formas más invisibilizadas, en tanto las consecuencias se remiten principalmente al desarrollo interpersonal. Los celos, el control sobre la vestimenta, las redes sociales, las redes familiares y otros. En Ecuador y México el porcentaje de mujeres que manifiesta haber pasado por estas situaciones es mayor.

El 48% de las personas que están en pareja sin convivir declararon haber vivido situaciones de celos por parte de sus parejas. El 45% vio controlada su manera de vestir. Finalmente, un tercio declaró que le fue limitado el contacto con su entorno.

Se muestra que 4 de cada 10 mujeres vivió alguna vez una situación de violencia física y/o sexual por su condición de género

El porcentaje asciende entre mujeres de 26 a 45 años y las mujeres que han pasado por un proceso de divorcio.

Por otro lado, 6 de cada 10 mujeres divorciadas sintió temor por su vida en medio de una discusión o enfrentamiento

Más de la mitad de las mujeres que sufrieron algún tipo de violencia hablaron con alguien

De la mitad de mujeres que decidieron compartir este momento con alguien lo hicieron con su entorno familiar y amistades. Esto se observa principalmente en mujeres jóvenes.

A la hora de pedir ayuda, las mujeres empiezan a transitar lo que conocemos como Ruta Crítica.

La Ruta Crítica nos lleva por los caminos que toman las mujeres para salir de la situación de violencia. Siguiendo esta Ruta, conocemos los factores que impulsan a las mujeres a buscar ayuda, las dificultades encontradas para llevar adelante tal decisión, sus percepciones sobre las respuestas que reciben por de las distintas instituciones y representaciones sociales.

  • El miedo a exponerse y a sufrir represalias como amenazas por parte del agresor y/o familiares de este.
  • Tener hijos/as o personas a cargo representa una dificultad importante a la hora de ingresar y/o permanecer en la Ruta Crítica, ya sea bien por no tener con quién dejarlos a cuidado.
  • Verguenza: este sentimiento puede aparecer al intentar pedir ayuda al entorno porque pesa el juicio moral de la sociedad, y al momento de denunciar y sentirse expuesta en su privacidad ante personas desconocidas.
  • Sensación de incapacidad de otro para ayudarlas, ya sea por falta de herramientas o voluntad para hacerlo en otras ocasiones por minimizar su problema.
  • Falta o dificultad para adquirir independencia económica.

Actores implicados en la Ruta Crítica

Familia y amistades: el entorno más cercano es, en muchos casos, el primer punto de apoyo al que acude la persona.

Referentes religiosos: existen además de las instituciones legales mencionadas, otras más de tipo barrial que logran acompañar los procesos a muchas mujeres. Una de ellas es la iglesia y, por otro lado, hay que destacar el rol que desempañan los vecinos/as frente a estas situaciones de género.

Asistencia legal: la asistencia legal es una de las herramientas más importantes para poder permanecer en la Ruta Crítica. Pero lamentablemente acceder a la asesoría legal no es tan sencillo. Generalmente el ámbito público se encuentra altamente demandado lo que implica demoras que las mujeres no pueden esperar. Desde lo privado, estos servicios suelen resultar muy costosos.

La reparación de la persona que sufrió algún tipo de violencia

  • Terapia: las mujeres que han tenido procesos terapéuticos, reconocen el valor de este espacio para la reconstrucción de sus vidas.
  • Espiritualidad: para muchas mujeres el trabajo sobre sí mismas implica perdonarse. La culpabilidad y carga de responsabilidad de lo sucedido son formas de violencia que el agresor ejerce sobre la persona.
  • Empoderamiento: recuperar la autoestima y sentir la valía propia.

Finalmente, la reparación puede ser un proceso íntimo, pero de todos modos no se logra sin el apoyo de una u otra persona.

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