Criar a un hijo es una experiencia desafiante, especialmente si las circunstancias de la vida te llevaron a tener que hacerlo sola. Se necesita de una red de apoyo sólida para poder tapar los agujeros dejados por un padre desaparecido.
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Sin embargo, a pesar de que la conversación en torno a la lucha diaria que esto implica y la labor titánica que hacen por buscar el bienestar de los suyos, la sociedad parece estar más enfocada en juzgarlas que en cuestionar a los padres que no se hicieron cargo.
Las mujeres que crían hijos solas no merecen ser juzgadas
Juzgar a las madres solteras sólo provoca que olvidemos que hay alguien que no se está haciendo responsable de haber traído hijos al mundo.
La maternidad no es como en las películas en las que las mujeres siempre salen impecables en medio de la sala de parto y tener todo bajo control. Es cansada, dolorosa, olorosa y por momentos te hace querer renunciar a todo por creer que no lo estás haciendo bien.
Nadie quiere opiniones no solicitadas. Ninguna mujer que está haciendo su mejor esfuerzo sola para criar a sus hijos merece ser juzgada.
Tampoco se trata de romantizarlas diciendo que son “guerreras” o “luchonas” porque eso también alimenta la idea de que “pueden con todo solas”. Por supuesto que pueden que eso y más, pero eso no significa que esté bien normalizar la ausencia o irresponsabilidad del otro.
Sí, las mujeres que sacan a sus hijos adelante son dignas de toda nuestra admiración y respeto pero decirles “mamás luchonas” puede verse como una forma de sentir “lástima” o de romantizar el hecho de que el padre no se haga cargo por igual.
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Por otro lado, esto también lleva a que cuando el hombre se hace cargo por un momento sea visto como un “héroe”.
Una madre soltera lo último que necesita son juicios, necesita apoyo, recursos para garantizar el bienestar de sus hijos. Necesita una comunidad que le recuerde que quizá es soltera pero que no está sola. Esto da seguridad y tranquilidad.
También hay un gran estigma alrededor de la salud mental de las mujeres que crían a sus hijos solas. Todo mundo asume que deberías estar enamorada de todo lo relacionado con los bebés y que no hay razones para estar sufriendo porque “te estás realizando”, aunque estés sola.
Asumir que una mamá soltera debería ser una supermamá sólo crea culpa, vergüenza y arrepentimiento en su vida. Se necesita de mucha energía, tiempo y recursos que no siempre se tiene.