La cantante Sasha Sökol alzó la voz y este 8M paralizó las redes sociales con un hilo de Twitter en el que narró el abuso que sufrió por parte del productor Luis de Llano.
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“Mientras mujeres en mi situación no nos atrevamos a hablar con la verdad, seguirá habiendo hombres como Luis de Llano....Desde los 14 años quise creer que fui responsable de lo que pasó. Hoy comprendo que mi única responsabilidad fue guardar silencio”, comienza su publicación.
La historia de Sasha en Timbiriche es conocida por todos pero siempre fue retratada por los medios como “la rebelde” del grupo, “la que se la pasaba de fiesta”, “la que tenía muchos novios”.
Tenía 11 años cuando se incorporó al grupo, convirtiéndose en una de las favoritas. A los 14 años se vio envuelta en una relación turbia con Luis de Llano, una de las mentes creativas detrás del grupo. El productor vio crecer a Sasha y tenía 39 cuando iniciaron dicha relación.
“¿Cómo habría sido mi vida si Luis, en lugar de meterme en su cama, hubiera hecho lo que le correspondía, que era cuidarme? Nunca lo sabré. Lo que sí sé, es que las cosas que vives te marcan para siempre”, narra Sasha en su testimonio.
La decisión de la cantante vino después de que de Llano fuera invitado en el segmento de entrevistas de Yordi Rosado en Youtube.
“Sí tuve un romance con Sasha, me enamoré y me mandó al demonio. Tuve un momento en el que convivimos juntos, estuve muy enamorado de ella y un día nada que ver y se acabó y seguimos trabajando 10 años más juntos”, dijo en la entrevista.
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De Llano señaló que durante mucho tiempo “inventaron muchas cosas”, incluso un supuesto embarazo pero que al final nunca hubo pruebas de nada.
Según de Llano, las niñas “buscan una figura paterna” y de ahí surgió lo de Sasha. Cuando Yordi le preguntó por la opinión de su madre, este dijo que era tan “inteligente y alivianada” que sólo dijo que no quería que su hija siguiera yendo a su casa.
Pero en sus declaraciones, Sasha dijo que sus papás “se volvieron locos” y que no sólo llevó a una ruptura con su padrastro sino que su madre tomó la decisión de sacarla del grupo y mandarla fuera del país.
Sasha también admitió que le costó trabajo salir de ahí. Pero seguía siendo menor, en una industria que ve a las mujeres como un producto más.
“Me costó mucho dejarlo, él era un hombre poderoso en la industria; mi representante y mi productor. Yo tenía mucho miedo que al separarnos mi carrera se viera lastimada.”
La sociedad normaliza el abuso, culpa a la víctima y señala a las madres por “criar agresores”.
Mientras que Yordi Rosado se mostró intrigado por la historia del productor y siguió preguntando como si nada, en redes sociales se pueden leer comentarios de quienes culpan a Sasha por “tardarse 30 años en denunciar”, así como aquellos que sólo cuestionan a su madre “por permitirle estar ahí”.
Cuando las cosas van mal, ¿por qué señalan a la víctima antes que al agresor? ¿y por qué las madres tienen la culpa de las acciones de los abusadores?
A las mujeres siempre se nos ha cargado con el peso de la responsabilidad de criar a los hijos y de sostener el hogar con “amor maternal”. Históricamente se ha culpado a las madres de todo, desde la homosexualidad (porque es su culpa por tratar con extrema delicadeza a los niños), hasta por el fracaso de un hijo (porque claro, de ellas depende lo que hacen con sus vidas cuando son adultos). Ahora, también son señaladas por dejar a sus hijas en manos de un abusador.