Los talibanes ganan terreno en Afganistán y con ellos la Ley Sharia, una norma que perjudica a los ciudadanos, en especial a las mujeres.
Con una definición un poco ostentosa y ajena a la realidad, la Real Academia de la Lengua define Sharia como: «La ley religiosa islámica reguladora de todos los aspectos públicos y privados de la vida, y cuyo seguimiento se considera que conduce a la salvación».
Sin embargo, en términos reales se traduce a castigo, discriminación y violaciones de derecho humanos.
¿De dónde proviene la Ley Sharia?
La Sharia o ley islámica remonta su origen de los textos sagrados de los musulmanes, es decir, del libro sagrado del islam, el Corán, y los hadices, que son los dichos y acciones del profeta Mahoma.
Al igual que la Biblia requiere de una labor de interpretación, ya que hay que convertir el texto en norma, lo que genera distintas interpretaciones ante la ambigüedad de los escritos.
De esta manera, queda expuesta a la interpretación que cada país aplique.
En Estados como Arabia Saudí o Irán, es ley absoluta y su aplicación restringe los derechos de colectivos como mujeres u homosexuales.
Por otro lado, lugares como Turquía la usan como fuente de inspiración y en Egipto es fuente principal, pero no la única.
La misma fue creada por hombres poderosos para servir a lo mismo, desde Mahoma en el siglo VII, quien tuvo la primera elección de las mujeres cautivas de la guerra, hasta los califas, los reyes árabes y los dictadores musulmanes.
La Sharía beneficia a los hombres ricos y poderosos que pueden pagar cuatro esposas y mujeres esclavizadas ilimitadas (sirvientas).
¿Cómo puede afectar a las mujeres afganas?
Entre 1996 y 2011 el gobierno talibán aplicó la Sharía de la manera más radical y estricta, provocando miedo y dolor entre las mujeres, quienes han sido las más golpeadas por la ley.
La misma les prohíbe el derecho a la educación, a trabajo, a los deportes, incluso a la libertad en las calles, pues deben salir siempre acompañadas de un varón, aunque este sea un niño.
Son 29 normas las que castigan y aniquilan cualquier derecho de la mujer, de no cumplirlas podrían ser azotadas hasta la muerte.
Aunque los talibanes han asegurado en su regreso que no prohibirán que estudien o trabajen, los testimonios son otros y consideran que sus palabras se deben a fines propagandísticos para el reconocimiento internacional.
Las mujeres bajo el Islam son degradadas y tratadas como propiedades de hombres porque se les considera inferiores.
Para ellos, la mujer vale apenas la mitad de un hombre y la independencia financiera y la libertad sexual son casi imposibles.
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