La gimnasia es sin duda una de las disciplinas más impresionantes que hace parecer que quienes la practican desafían todas las leyes de lo imposible. Los atletas saltan a metros de distancia, sostienen todo su peso con la palma de su mano y giran por los aires como si tuviesen alas.
Se trata de un deporte que requiere equilibrio, fuerza, flexibilidad, agilidad, coordinación y resistencia física y mental. Pero lo que frente a nuestros ojos es un espectáculo impresionante y bello, tiene detrás una larga lista de nombres trágicos.
Las gimnastas son constantemente menospreciadas y reprendidas por los entrenadores y la sociedad que espera todo de ellas. Siempre están expuestas a lesiones de las que no tienen tiempo de curarse, se les exige mantener cierta figura y constantemente se sienten avergonzadas de sus cuerpos.
Éstos son algunos de los casos de negligencia, abuso y accidentes que han marcado la gimnasia femenil.
Simone Biles
La medallista olímpica se convirtió en una de las mejores de los últimos años pero en Tokio 2020 tomó la sorpresiva decisión de abandonar la competencia para enfocarse en su salud mental. Simone dijo sentir «el peso del mundo sobre sus hombros» y tras años de luchar contra sus propios demonios, decidió que las cosas no se sentían bien y era mejor retirarse.
Ella ganó las nacionales con dedos rotos y lideró una competencia teniendo un cálculo renal que le fue diagnosticado después de quejarse de dolor abdominal. La presión la hizo presentarse sin importar el malestar.
Yelena Mulkina
La gimnasta soviética fue una de las más grandes de finales de los 80. Saltó a escena cuando ganó el Campeonato Mundial de 1978 en Francia, superando a la campeona olímpica Nadia Comăneci. Yelena sufrió varias lesiones a lo largo de su corta carrera pero estaba forzada a recuperarse para volver a sus rutinas.
La exigencia de dominar un peligroso y difícil movimiento acrobático (el Salto Thomas) la llevó a quedar quadrapléjica poco antes de los Juegos Olímpicos de 1980. Apenas tenía 20 años de edad, las autoridades deportivas trataron de ocultar el accidente y nadie asumió responsabilidad alguna. Falleció a los 45, en 2006.
Kerri Strug
Kerri tenía 18 años cuando compitió por primera vez en Atlanta por los Juegos Olímpicos de 1996. Las estadounidenses estaban a punto de conseguir el oro pero una serie de errores llevaron a que todo el peso de la competencia cayera sobre los hombros de Strug.
La gimnasta se lesionó el tobillo mientras realizaba su rutina. Las cámaras captaron el dolor en su rostro pero ella volvió a la pista para dar el salto que le daría el oro.
Julissa Gomez
Inspirada por Nadia Comaneci, Julissa Gómez comenzaría a lograr resultados que le darían un ranking nacional muy pronto.
Sufrió una lesión en la columna en 1988 mientras practicaba un salto en la Feria Mundial del Deporte en Japón. La gimnasta llevaba tr4es años dominando aquella complicada y exigente rutina pero aquella vez, falló. Su pie resbaló en el trampolín y no consiguió el impulso necesario.
Julissa perdió el conocimiento y dejó de respirar momentáneamente. Cuando recuperó el conocimiento, no podía moverse. Una vez en el Hospital de la Universidad de Tokio, entró en coma. El accidente dejó a Gómez tetrapléjica y finalmente murió en 1991, a los 18 años.
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