En 2001, Reese Witherspoon ya estaba en la senda para convertirse en un nombre famoso. Pero sería la obra maestra feminista Legalmente rubia la que consolidaría su estatus de estrella de Hollywood.
Hay un sinfín de narrativas que enaltecen el “poder femenino” y pretenden adoptar valores que quieren pasar como feministas algunas de las formas más atinadas que otras, por supuesto.
Desde anuncios de productos de higiene menstrual y shampoo, hasta mega producciones de Hollywood o telenovelas de Televisa, el “poder femenino” hoy vende y el mercado lo sabe.
Pero antes de este boom feminista en los medios y el entretenimiento, existieron algunos estallidos esporádicos que se atrevieron a irrumpir en un entorno mucho menos abierto a estos temas.
Ver estas aproximaciones pop a personajes femeninos fuertes y profundos que se remontan a antes de que éstos fueran una exigencia del mercado, nos hace comprender lo importantes y fuertes que somos las mujeres ante cualquier situación.
Todo comenzó como una historia real:
Amanda Brown estudió derecho en la Stanford Law School a finales de la década del 90, pero no tuvo una buena experiencia. De hecho, semanalmente le escribía a sus padres y amigos cartas contándoles las desventuras de no ser tomada en serio por sus compañeros por su aspecto o porque sus gustos no coincidían con los de la mayoría. Un detalle: las cartas las escribía en papel rosa con una pluma que tenía un pompón en la punta.
La magia comienza después, cuando Elle, tras conseguir una calificación casi perfecta en el examen de admisión y ser aceptada en la escuela, descubre que ni así cumplirá con los estándares de su ex y, sin embargo, decide seguir adelante y demostrar, de una vez por todas, que ni él, ni Harvard, ni nadie, podrán contra ella.
Le mete ganas al estudio, presta atención en las sesiones y comienza a destacar entre sus compañeros de clase. Paso a paso va derrumbando los estereotipos que la rodean mientras se enfrenta a la incredulidad, el machismo y sus propias inseguridades.
Al final les demuestra a quienes la rodean y de forma más importante, a sí misma que esos obstáculos impuestos socialmente pueden ser superados, que nadie tiene el derecho de decirnos qué podemos y qué no podemos lograr.
Acoso, discriminación y machismo
No nos dejemos engañar por el glitter y el color rosa: la película cuestiona frontalmente temas como el acoso sexual desde posiciones de poder, el machismo interiorizado que provoca una competencia brutal entre mujeres y la discriminación de las mujeres en espacios tanto académicos como laborales dominados por hombres.
Finalmente «Legalmente rubia», nos demuestra como la cinta coloca a Elle como el verdadero centro de su propia historia al presentarnos un final enfocado en su éxito profesional y personal en lugar de apostarle al clásico cierre hollywoodense donde el felices para siempre sólo se da en pareja.