Las sectas sexuales han cobrado mayor fuerza ante el surgimiento de gurús espirituales, coaches, terapeutas y hasta ‘sanadores’ en redes sociales. ‘Bikram: Yogui, gurú, depredador’, llegó a Netflix para mostrar la realidad del hombre que hizo famosa la disciplina.
El Bikram yoga, es una técnica que consiste en 26 posturas exigentes que se realizan en una sala a 40 grados de temperatura.
La misma fue creada por el indio Bikram Choudhury, quien nació en Calcuta en 1944 y en los 70′ se instaló en EE.UU.
Bikram se convirtió en un multimillonario debido a la devoción de sus seguidores, quienes en algunos casos fueron manipulados y abusados sexualmente.
Bikram creó un imperio
El documental publicado en 2019 muestra los testimonios de algunas de las víctimas del reconocido instructor, quien recibía estudiantes y hasta reconocidas figuras como Shirley MacLaine, Quincy Jones y Rachel Welch, mientras vestía un diminuto calzoncillo negro y un reloj Rolex.
El indú se aprovechaba de la devoción que le tenían para manipular, violentar y agredir de manera sexual, mientras cosechaba un imperio con sus franquicias.
En Estados Unidos logró abrir 650 sedes y se adjudicó una fortuna de 75 millones de dólares y 43 autos de lujo.
El gurú logró que lo endiosaran a través de ofrecer las claves de la felicidad, de la salud y la trascendencia, mientras vulneraba a quienes hacían sus rutinas y los obligaba a que cumplieran sus caprichos, bien sea cayendo en agotamiento y deshidratación en sus clases, o el abuso sexual y verbal.
Eva Orner, directora australiana, fue la encargada de la biopic luego de recibir la información de que se habían presentado seis cargos criminales contra Choudhury, de los cuales cuatro fueron resueltos, antes de llegar a juicio.
El gurú controlaba a las masas
Bikram envolvía con sus historias de mentiras a sus clientes, les provocaba desmayos y lanzaba insultos en medio de la manipulación.
Para quienes deseaban convertirse en profesores de Bikram debían pagarle 10 mil dólares para ser autorizados y recibir un curso de nueve semanas en lujosos hoteles.
Era en estas clases donde ocurrían las agresiones sexuales denunciadas por algunas mujeres según relata la producción de Netflix.