Después de que Andrea Meza se convirtió en la tercer mexicana en coronarse como Miss Universo, la polémica e torno al certamen continúa.
Y es que no sólo está la discusión sobre quién «merecía» la corona o el debate sobre qué tan sexista o empoderador es; también surgió una controversia luego de que Andrea compartiera que ya tiene su propia muñeca.
“Ya crearon mi muñeca”, escribió desde su cuenta de Twitter.
La muñeca es a imagen y semejanza de la modelo mexicana: lleva un vestido rojo con lentejuelas, unos aretes con brillantes y por supuesto, incluye una corona. ¿El problema? Que su color de piel es mucho más claro que el de Andrea.
«¿Y si la hacían del color de piel original no se vendía? ¿O cómo?». «Yo en tu lugar, protestaría por el descarado racismo al presentarte, no como en realidad eres, sino como su fantasía racista. Eres mucho más guapa morena q blanqueda». «Con blanqueador y cirugía plástica en muñecas para eliminar los hermosos rasgos indígenas con los que ganó», se lee en los comentarios.
En realidad, la muñeca no está a la venta pues es una creación de la diseñadora Phatcharanan Kruangkan, de Bankok, como un homenaje a la mexicana.
A pesar de que ha recibido mucho apoyo y halagos por su trabajo, una vez más puso sobre la mesa el tema del famoso white washing o cómo el blanqueamiento de la piel es un reflejo del racismo interiorizado que existe en la sociedad.
Históricamente, el blanqueamiento de la piel comenzó en la era victoriana, cuando los polvos y tinturas que se usaban como maquillaje, cubría ciertas “imperfecciones” como lo era la piel oscura. Se hablaba de que la piel clara era más pura y daba mayor estatus.
En el campo de la psicología existe un efecto en la salud mental conocido como el efecto halo el cual dice que tendemos a definir el conjunto de la imagen de una persona, basándonos en uno de sus rasgos que asumimos como positivos por lo tanto, cuanto mejor se ve alguien, mejor persona creemos que es.
La victoria de la sudafricana Zozibini Tunzi en 2019 y la participación de Angela Ponce en 2018, hizo parecer que el certamen estaba abriéndose a un discurso más inclusivo pero lo que sucedió con Andrea queda claro que aún hay muchos prejuicios por romper y eso incluye la visión que tiene el público sobre las concursantes.
¿Qué es lo que realmente importa sobre Miss Universo?
A sus 26 años, Andrea impactó al mundo con su carisma, su elocuencia, ese poderoso traje de alebrije de 40 kilos con el que caminó por la pasarela y por supuesto, por ese viaje que emprendió años atrás por estar en este certamen.
Mientras que algunos medios sólo han hablado de ella como una mujer hermosa, de 1,82 metros de estatura y con 40 primos, en redes sociales han destacado que ella es “mucho más que eso” pues es ingeniera en software, es activista y promotora de los derechos de las mujeres.
¿Puede Miss Universo empoderar a las mujeres? Por un lado, podemos hablar de un empoderamiento porque para quienes están ahí es cumplir un sueño y aprovechar la plataforma para enviar poderosos mensajes. También ha habido un cambio con respecto a las características físicas que deben tener las concursantes sin embargo, aún no se puede hablar de una liberación del sexismo desenfrenado que representa.
Al final, los atributos físicos tienen un gran peso y se puede ver hasta en las mismas discusiones en redes sociales cuando critican o señalan a cada una de las participantes por no ser “suficientemente bonitas”.
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