Laura Pantoja es una joven colombiana de 30 años nacida en Ipiales. Se mudó a Bogotá hace 10 y así inició su camino para convertirse en una reconocida maquilladora y estilista que aprendió empíricamente.
Desde su época escolar descubrió su pasión por el maquillaje y, poco a poco, su talento fue aumentando con práctica y de manera autodidacta. Sin embargo, nunca pensó que podría vivir de ello, “Yo nunca lo pensé como a una opción a largo plazo, sobre todo porque en el contexto social en el que yo estaba había una expectativa específica de lo que se supone que uno hacía cuando se graduaba del colegio”, le contó a Nueva Mujer. En ese entonces, ser maquilladora no era visto como una carrera profesional y pocas personas se dedicaban a ello.
Pero todo puede ser inesperado: al graduarse del colegio su padre falleció. Debido a esto, ella se trasladó a Bogotá buscando un futuro mejor. Finalmente, entró a estudiar Diseño de Vestuario a los 21 años. Pero, pesar de todo, ella no se veía haciendo eso en el futuro, y recibía todo tipo de comentarios insinuándole que se dedicara al maquillaje.
Y, aunque no estaba haciendo lo que quería, empezó un emprendimiento vendiendo maquillaje importado de Estados Unidos, y con ese mismo empezó a formar su kit personal. Al mismo tiempo, trabajó en muchas cosas distintas. Con ese dinero logró comprar más.
Y dio un gran salto: al cumplir 22 años su vida cambió completamente tras asistir a una sesión de fotos con una amiga; la maquilladora tuvo que irse y necesitaban a alguien que la reemplazara, ella estaba ahí, tenía todo lo necesario y trabajó en la producción.
Poco después, la misma productora la contactó nuevamente para otro trabajo. Y aunque ella aclaró que no era profesional decidieron contratarla, pues les gustó mucho su desempeño y causó una buena impresión: “Yo soy súper creyente en Dios y ha sido algo que ha determinado mis decisiones, ese día estaba justo donde tenía que estar en el momento en el que tenía que estar”, expresa con agradecimiento. A partir de ese momento su carrera despegó. Ella decidió seguir sus sueños y se retiró de la universidad.
Desde entonces ha trabajado con figuras de la farándula colombiana como Laura Tobón, Claudia Bahamón y Andrea Serna. Esto ha hecho que su exposición en redes y su trabajo tengan más reconocimiento, algo por lo que está completamente agradecida.
La primera vez que trabajó con celebridades fue casualidad, pues semanas antes maquilló a alguien que se llevó una buena impresión y sin que ella lo supiera la contactó con Cristina Umaña y Coraima Torres, las primeras famosas con las que trabajó.
Paralelamente creó un emprendimiento junto a su esposo llamado Serendipity Weddings, que nació hace ocho años. Él como fotógrafo, y ella, como maquilladora y estilista, le ponen su sello personal a cada uno de sus proyectos. De hecho, hicieron parte del matrimonio de Linda Palma y de María José Valencia.
La carrera de la joven sigue en ascenso y ahora hace parte de una campaña con Falabella. Sin embargo, en este caso no es como maquilladora, sino como Laura Pantoja. Allí acompaña a Paulina Vega, Adriana Convers (FatPandora) y a René Urrea. Esta oportunidad es un antes y después en su vida y en su carrera, pues nunca había hecho algo parecido “lo soñé desde que era pequeña”.
Finalmente resaltó la importancia de trabajar con amor y dejar una imagen positiva. Afirmó que trabaja a diario para tener una voz que le permita mostrar la mejor parte de ella y que tenga el mejor impacto posible en el público que la sigue y que disfruta de sus trabajos ensoñadores.