La pornografía es una de las industrias del cine que más daño ha hecho a la forma en la que percibimos la sexualidad y el placer femenino.
Al ser producido por hombres para su goce y disfrute, el porno se encarga de reproducir estereotipos de cómo debería lucir el cuerpo de las mujeres y bajo qué condiciones se produce el placer.
Hoy queremos hablar de las cosas que retrata sobre las mujeres que están muy lejos de la realidad.
Cero vello en el porno
En el porno, la mayoría de las actrices lucen depilaciones perfectas no solo de la vulva también de las piernas, los brazos y las axilas. Las actrices presentan cuerpos libres de vello.
La realidad es que las mujeres lo tenemos y es una decisión personal quitarlo o no. La industria ha enseñado a quienes consumen este tipo de producciones que las mujeres, como regla, tienen una piel lisa, libre de cualquier pelito e imperfecciones.
Según un estudio publicado en 2016 por la revista Sexually Transmitted Infections, del British Medical Journal, la depilación total del vello púbico está relacionada con el aumento de las enfermedades de transmisión sexual, por lo que la eliminación completa del mismo no está recomendada.
Los senos
Tal como ocurre con la vulva, los senos que vemos en el porno siempre están perfectos, lucen redondos, con pezones y areolas que seguramente no corresponden con la realidad de muchas de nosotras.
Las estrías en los senos, los cambios en el color de los pezones son normales. Tanto los pezones como las areolas (la redondel de piel alrededor de tu pezón) vienen en diferentes tamaños y colores, desde un rosa pálido a un marrón. El color de tus pezones usualmente se relaciona con el color de tu piel. Y también es normal que crezca algo de vello alrededor de tus pezones.
En 2006, la revista científica británica Breast Cancer Research publicó datos experimentales que indicaban que solo una de cada 500 mujeres tenía pechos simétricos.
Penetración = orgasmo
Otra gran mentira del porno es que las mujeres alcanzan un orgasmo solo con penetración. La realidad es que el pre es muy importante. Un estudio realizado por el Instituto Kinsey reveló que, 18,4% de las mujeres informó que el coito por sí solo era suficiente para el orgasmo, mientras que el 36,6% dijo que la estimulación del clítoris era necesaria para el orgasmo durante el coito.
En la mayoría de los videos pornográficos el placer está centrado en el hombre y solo se da a través de la penetración, no hay un juego previo y, siendo honestas, la mayoría de las escenas en las que la vulva es estimulada se enfocan en el placer del hombre, no en el de la mujer.
El placer femenino es inexistente
Erika Guerrero, psicóloga y educadora sexual, señala que en la pornografía el placer de las mujeres se basa en satisfacer. Las tomas dirigidas a los rostros nos muestran mujeres que disfrutan ser sometidas, dominadas, lastimadas, usadas o humilladas. Aunque en la realidad hay muchas mujeres que disfrutan de ciertas prácticas, el porno no muestra el consentimiento, solo retrata a la mujer como un objeto que da placer.
Tu decisión
Consumir cine para adultos es una decisión personal. Un estudio del Instituto Kinsey reveló que, de acuerdo a una encuesta más del 67% de las mujeres fingió un orgasmo alguna vez, 37,7% expresó sentir vergüenza de hablar sobre su placer con su pareja. El porno puede llegar a distorsionar la forma en la que nos vemos y cómo nos relacionamos de manera sexual con una pareja.
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