En los últimos días el tema de la violencia sexual que sufrimos las mujeres ha estado muy latente en redes sociales y no es que sea algo nuevo, sino que se han dado a conocer casos que nos han estremecido y recordado que es un problema que ha existido siempre, que no para y del que hay que hablar constantemente.
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El caso de la Youtuber mexicana Nath Campos, quien denunció a través de sus redes sociales al influencer Rix por abusar sexualmente de ella, causó gran indignación por la «ligerezaç» con la que muchas personas lo tomaron, incluyendo otras figuras públicas.
Basta con recordar los comentarios de los conductores del programa matutino Hoy, quienes cuestionaron a Nath «por haber bebido de más», «por no haber denunciado antes» o «por seguir relacionada con el agresor».
Martha Figueroa y Andrea Legarreta mostrando falta de empatía hacia el caso de Nath Campos. No se cuántas veces se tiene que repetir que no importa lo que vistas o ingieras NADIE TIENE EL DERECHO DE VIOLARTE https://t.co/hT3NC86qOj
— 🎃 (@theeaceae) January 25, 2021
Por otro lado, el caso de la actriz Evan Rachel Wood, quien denunció haber sufrido violencia sexual por parte de su ex pareja, el músico Marilyn Manson, dejó ver los comentarios más desagradables, entre quienes la señalaban por haberse metido con «un tipo como él» y los que se burlaron de que «le gustaba» o que ahora «busca llamar la atención».
Cada día es más común ver influencers que se burlan de la situación que vivimos las mujeres y cuando se habla sobre una mujer que alza la voz, no faltan las bromas o los memes que la ridiculizan.
Olvidar toda consideración al prójimo que es vulnerado es terrible y sólo alimenta másla descomposición social en la que estamos sumergidos.
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Los comentarios y reacciones de mal gusto dejan claro una cosa: el feminismo incomoda y el que las mujeres alcen la voz causa malestar.
La sociedad ha normalizado tanto la cultura de la violación que incluso bromea sobre ello, lo que hace que pase desapercibida cuando sucede. La muerte, la destrucción y la devastación pueden ser los temas más abrumadores, sin embargo para algunas personas constituyen un subgénero de comedia.
Los chistes enfermizos tienen la costumbre de surgir inmediatamente después de cualquier catástrofe y el problema es la inmediatez y el alcance en la comunicación actual, contagiando a otros rápidamente de ese pensamiento. .
De acuerdo con la psicología, una de las razones por las que nos reímos de la tragedia es que «hace más fácil lidiar con la enormidad del problema». Pero vivimos en una sociedad donde la tragedia se ha convertido en algo de lo que nos hemos condicionado para reírnos sin cuestionar el problema.
Es momento de entender que el feminismo no es un capricho, que a las mujeres que sufren violencia no es porque «se lo buscaron». Hablar sobre la violencia de género no es una moda, es una realidad a la que debemos hacer frente con seriedad porque nos compete a todos.
Según el Foro Económico Mundial, estamos a más de doscientos años de lograr la igualdad de género y todavía nos pagan menos que a los hombres en todo el mundo. Todavía el sistema patriarcal no quita nuestros derechos y nos señala como «el sexo débil». la violencia de género va en aumento y aunque también siempre ha existido, es cada vez más visible.
El mundo se ha vuelto en un lugar donde tantos hombres matan a tantas mujeres. Donde los que no matan, violan y los que no, los encubren. Hombres que acosan, que consumen pornografía, que ven a la mujer como objeto de placer, que se aprovechan de sus amigas. Pero también están los hombres que no matan ni violan pero sí callan, sí ríen y son indiferentes ante la violencia y eso también los convierte en parte del problema.
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