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El peligro de callar, reír o ser indiferente ante los influencers que normalizan la violencia

La youtuber Nath Campos denunció a través de sus redes sociales al influencer Rix por abusar sexualmente de ella pero muchos lo siguieron defendiendo

La youtuber Nath Campos denunció a través de sus redes sociales al influencer Rix por abusar sexualmente de ella. Durante el vídeo de 47 minutos, la joven de 25 años recordó el día que después de una fiesta con otros amigos youtubers, terminó en su departamento con Rix y debido al estado de ebriedad en el que se encontraba no tenía control de la situación y se quedó dormida.

“Recuerdo que llegamos a mi edificio y que Rix, uno de los amigos que venía acompañándome esa noche se ofreció a subirme, yo no podía caminar bien estaba en un estado bastante pesado, mis otros amigos se fueron y de las otras cosas que recuerdo esa noche es entrar a mi departamento, pensar que ya estaba en mi casa, pensar que Rix ya se iba a ir, entrar a mi cuarto como quitarme el jumper y meterme a la cama como para irme a dormir y lo siguiente que recuerdo es a Rix haciéndome cosas mientras dormía”, destacó la influencer.

También denotó que ella no podía mover los brazos, ni las piernas y que a la fecha no sabe si fue debido al estado etílico en el que estaba o si hubo otra razón que no le permitió defenderse. 

Al despertar, lo primero que hizo fue reclamarle a Rix sobre lo que había sucedido la noche anterior y lo corrió de su casa. Horas después, este le envió un mensaje recalcando que él también estaba borracho y que no quería que ella se “mal vibrara” por la situación, pues también había sido partícipe de ello.

Confundida, acudió con sus amigos más cercanos, pero estos sólo la señalaron por “ponerse tan borracha” o que «no era tan grave» porque «es algo que pasa». Aunque también cuenta que algunos la apoyaron, se sintió muy sola ya que seguían saliendo con Rix como si nada y ella sentía que no podía obligarlos a lo contrario, pues también trabajan juntos en el medio. Esto hizo que la youtuber también se mantuviera callada por miedo a perder su trabajo hasta que finalmente -y después de tomar terapias y entender la gravedad de la situación- tomó la decisión de hacer la denuncia correspondiente. 

¿A quiénes estamos haciendo famosos? 

Tras la publicación del video, las redes sociales estallaron y de inmediato mostraron su apoyo a Nath Campos. También recordaron casos de otros influencers que han sido denunciados por abuso sexual. 

Rix publicó su «disculpa» pero no dejó de justificar que ambos estaban borrachos y que ninguno se acordaba de lo sucedido. Sus compañeros que también fueron acusados de cómplices por callar, reír o seguir con la relación como si nada, reiteraron su apoyo a Nath.

Hace unos meses, Luisito Comunica causó gran polémica con una fotografía que hace una evidente apología a la violación. Werevertumorro también hizo un video en el que recrea «de forma cómica» un caso de abuso sexual de una persona en estado etílico. En otra ocasión, el programa de Youtube «Exponiendo infieles» expuso una conversación de un grupo de youtubers -que incluía a Rayito, Juca, Rix y Luisito– en la que hablaban sobre haber «abusado de una mujer ebria».  Luisito Rey, otro creador de contenido, publicó un análisis del caso de Nath y Rix pero su opinión fue que «ella también tuvo la culpa porque también estaba borracha».

Es así como decenas de influencers, personas con un gran alcance en redes sociales, han hecho chistes machistas, se han burlado de sus propias amigas en el medio y han sido parte de la normalización de la violencia.  

El peligro de callar, reír o ser indiferente ante los influencers que normalizan la violencia

A pesar de que los casos son claros, seguimos justificando las acciones de todos porque «caen bien» o «es sólo diversión». Aprobar sus conductas es validarlas y por ende, perpetuar la cultura violenta en la que estamos inmersos. La necesidad de aprobación, de likes, de vistas o de ventas hace que las figuras públicas olviden la responsabilidad que tienen frente al público, el cual también se ciega ante lo que ofrecen.

La violencia no es un chiste y menos en un país con índices tan altos de delitos sexuales y feminicidios diarios.

A las mujeres nos siguen llamando «locas» o «exageradas». Nos siguen culpando por permitir lo que nos hacen los hombres. 

En México hay una descomposición social muy evidente. No creen en el miedo que tenemos las mujeres de salir y no volver a casa. Bromean sobre las desaparecidas y se ríen de las muertas. Lejos de indignar o motivar a un cambio, los movimientos que abogan por nuestros derechos terminan por causar mayor indiferencia.

 

Los influencers son líderes de opinión que se supone deberían ser los primeros en poner el buen ejemplo, pero son los primeros solapar «el chiste» porque lo consideran inocente y que «no pasa nada».

¿Qué pasa cuando nuestros amigos juegan con esto? Muchas veces no decimos nada porque incluso nosotras mismas normalizamos esas bromas que en realidad alimentan el problema.

El mundo se ha vuelto en un lugar donde tantos hombres matan a tantas mujeres. Donde los que no matan, violan y los que no, los encubren. Hombres que acosan, que consumen pornografía, que ven a la mujer como objeto de placer, que se aprovechan de sus amigas. Pero también están los hombres que no mata ni violan pero sí callan, sí ríen y son indiferentes.  ante un feminicidio y eso también los convierte en parte del problema.

No es el alcohol, no es la hora, no es la vestimenta. El problema es la unión patriarcal que hace que los hombres nunca «cancelen» a sus amigos abusadores, que normalicemos las agresiones. El responsable y culpable de una violación únicamente será el violador.

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