Después de 8 meses de búsqueda, el cuerpo de Danna Sugey Salgado Dávalos fue encontrado en un lote baldío. Aunque aún falta confirmar que se trate de sus restos por medio de una pruebva de ADN, todo parece indicar que lo son.
La joven desapareció el pasado 30 de marzo tras salir a entregar unas ventas realizadas por redes sociales. Sólo se habría desplazado una cuantas cuadras; apenas tenía 21 años y un hijo que hoy se ha quedado sin su madre.
Ante la omisión por parte de las autoridades cuando se dio alerta de su desaparición, un colectivo formado por la familia de Danna y familiares de otras víctimas de desaparición se dedicaron a buscarla. Durante meses cavaron con palas y varillas entre la tierra de diversos terrenos para dar con ella y otras personas que también habían sido reportadas como desaparecidas.
En medio de un año que ha combinado preocupantes cifras de feminicidios y una pandemia que no ha frenado la violencia, el colectivo pasó 250 días de búsqueda en diferentes partes de Tijuana, en zona urbana y áreas despobladas.
Danna Sugey desapareció hace siete meses en Tijuana. Sus padres, voluntarios y colectivos se unieron ayer en una brigada para buscarla
¿Y aún sigues sin ver la gravedad del problema?#justiciaparaDannaSugey pic.twitter.com/CIDkSnqviT
— Joselyn Aguirre (@Joselynaguirre4) October 26, 2020
En octubre, familiares y amigos localizaron sus pertenencias en un camino de terracería contiguo al fraccionamiento K-Casas, ubicado en el boulevard 2000 que a esta ciudad fronteriza con Playas de Rosarito.
Finalmente dieron con sus restos, después de que la madre de Danna recibiera una llamada anónima el 8 de diciembre en la que le indicaban en donde podría estar su hija. Al día siguiente, dieron con ella.
“Me hablaron y me dijeron que ya no me querían ver así. Me dijeron en donde estaba enterrada y que reconocería con un distintivo (un palo con un trapo)”, dijo la madre de la joven.
La falta de respuesta de las autoridades es lo que ha llevado a las familias y amigos de las víctimas a tomar acción propia, convirtiéndose en un verdadero infierno. Resulta increíble que sean las propias madres quienes tengan que reunir los restos de sus hijas.
Hoy, la madre de Danna llora su ausencia y aún desconoce cuándo le entregarán el cuerpo para poder despedirla.
Encontramos el cuerpo ese y ahora exijo al fiscal que se apresure a darnos el resultado -de las pruebas de ADN- para poder llevarnos a mi niña a casa, siempre le dijimos que la íbamos a encontrar y que la íbamos a traer a casa y así va a hacer, comentó la madre de Danna Sugey pic.twitter.com/r45aTWylYv
— La Jornada BC (@LaJornadaBC) December 9, 2020
En redes sociales, colectivos feministas y muchos usuarios se unieron al dolor de la madre de Danna pero sobretodo, a la rabia que muchos sentimos frente a la indiferencia de las autoridades y de quienes cometen actos atroces.
«Danna, nunca más solas. Donde quiera que estés, gritaremos tu nombre y el eco retumbará en cada rincón de las instituciones que no supieron buscarte», «Ya encontraron a #DannaSugey, sus papás localizaron y desenterraron el cuerpo. Porque no hay autoridad en Baja California que garantice la seguridad. Nadie debería encontrar así a su hija», «Prometió encontrarla y no descansó hasta que lo logró, pero No debió encontrarla así. Nadie debería de pasar por una situación así.»
Los feminicidios abarcan los titulares del país todos los días y todos los días hay una ausencia de las autoridades. La violencia en México se ha vuelto algo insostenible.
Lo vimos con el reciente documental de Netflix «Las tres muertes de Marisela Escobedo»: una madre que hizo todo porque la muerte de su hija en manos de un hombre que decía amarla no quedara impune. Una madre que recolectó todas las evidencias para que se hiciera justicia y que en lugar de obtenerla, terminó siendo asesinada y sin justicia para su hija.
México es ciego ante la violencia que vivimos todos los días.
No importa cuánto tiempo pase, siempre nos faltarán Danna, Sandra Ibeth, Jessica, Mara, Karen, Fátima, Alondra, Alexa, Nayeli, Ingrid, Mariana, Lesvy, Fernanda y muchas otras más cuyos nombres siguen sumando a la cifra de feminicidios en un país donde la justicia brilla por su ausencia.
La ausencia de cada una duele y sin conocerlas, se siente cercana. Una vez más, «México es un país feminicida».
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