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En México las mujeres siguen desapareciendo y no hay justicia para ninguna

Los feminicidios en México abarcan los titulares del país todos los días, demostrando que la violencia machista no cede ni siquiera en estos tiempos de pandemia. Por momentos pareciera que nos hemos acostumbrado a ver en redes sociales nombres de mujeres y niñas desaparecidas y por otro, seguimos sin creer que la situación se esté saliendo cada vez más de control.

Cada día se suman diez nombres más a la lista de víctimas, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) pero siempre pueden ser más, entre las que no se reconocen, las que no hacen ruido alguno y las que simplemente pasan desapercibidas.

Tan sólo este fin de semana, dos casos de feminicidio retumbaron en redes sociales:el de Ámbar y el de Alexis.

Ámbar Viridiana de 17 años fue encontrada en un canal de aguas negras, ubicado en Cuautitlán Izcalli. El 23 de octubre había salido de su casa para recoger los boletos de una rifa; sin embargo, ese mismo día su familia perdió contacto con ella. Se encendió la alerta Amber y una movilización por redes sociales. El viernes, su familia acudió a la Fiscalía para identificar el cuerpo.

Amigos y vecinos de Ámbar hicieron un altar en la glorieta principal del fraccionamiento Alborada en Cuautitlán, donde vivía. Con velas, flores y pancartas, gritaron consignas exigiendo la captura del o los responsables del feminicidio.

Bianca Alejandrina “Alexis” de 20 años. Su cuerpo fue encontrado en un lote baldío en la ciudad de Cancún, Quintana Roo. Había salido de casa para vender un cigarrillo electrónico pero nunca volvió. Un día después, estaba muerta. Tenía señales de violencia y fue su propia madre quien tuvo que reconocer su cuerpo.

Colectivos feministas, amigos y familiares convocaron una movilización en todos los municipios de Quintana Roo. Sin embargo, las cosas dieron un giro violento cuando a las puertas del Palacio de gobierno de la ciudad, policías encapuchados comenzaron a disparar tiros al aire y contra el piso. 

No hay culpables, no hay detenidos, no hay evidencia de lo que pasó pero es claro que fueron asesinadas y que no hay justicia para ninguna. 

Muchas de las mujeres que acudieron a las protestas para gritar el nombre de Ámbar y Alexis reportaron ser reprimidas por la policía. Y los comentarios en redes sociales sólo demuestran la falta de empatía que existe en nuestra sociedad.

https://twitter.com/yoazaret/status/1325230301963038720

Alexis, Ámbar, Jessica, María Fernanda, Danna, Fátima, Mara, Verónica, Ingrid, Mariana y muchas más ya no regresaron a casa. Les arrebataron la vida, apagaron sus voces. Fueron víctimas de la violencia machista y de un país cuya sociedad sólo se dedica a cuestionar nuestro miedo, a reírse, a callar, a proteger a los culpables.

¿Hasta cuándo dejarán de señalar a las víctimas en vez de a los culpables?  ¿Hasta cuándo dejarán atrás la idea de que si una mujer es víctima de una violación o un feminicidio es porque «se lo buscó»?

Quizá la violencia se ha vuelto algo tan común que la sociedad lo ha normalizado. Quizá el ver a los influencers burlarse de las violaciones  a través de su «comedia», ha hecho que lo tomen como un juego. Quizá el que famosos ejerzan violencia contra sus parejas ha hecho que piensen que «así debe ser».

La situación es crítica. México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ser mujer. Vivimos con miedo todos los días. Salimos de casa con el miedo a no volver. Todos los días rezamos porque nuestras amigas, nuestras hermanas, hijas o madres no sean las siguientes.

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