En México, una mayoría en la Cámara de Diputados votó en contra de eliminar los impuestos en productos de higiene menstrual. El colectivo feminista Menstruación Digna México había presentado en septiembre una iniciativa de Ley frente a la Cámara de Diputados para eliminar el 16% de IVA de todos los productos asociados a la menstruación.
El IVA es un impuesto que no distingue quién lo paga y por lo tanto, impone cargas tributarias iguales pese a la desigualdad económica y de género. El objetivo de #MenstruaciónDignaMéxico es ayudar a la economía de las adolescentes y mujeres, tomando en cuenta que en el país existe una barrera para el acceso y desarrollo de oportunidades. Las brechas salariales así como las condiciones educativas adversas están lejos de ser erradicadas y son un gran problema social que pone a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad. e injusticia.
La propuesta incluía eliminar los impuestos a los productos de higiene menstrual como son toallas de tela, toallas sanitarias desechables, compresas, tampones, pantiprotectores, copas menstruales o cualquier otro producto relacionado con la menstruación.
1 de cada 5 mujeres no tiene condiciones económicas para productos de gestión menstrual. Después de ganarse la tasa 0, la mayoría de Morena, PT y PES lo separan de la votación final y desechan un esfuerzo de consenso plural a favor de nuestras mujeres y niñas #MenstruacionDigna pic.twitter.com/yXK2fuOhrn
— Ana Paola López Birlain (@AnaPaolaLopezB) October 21, 2020
Justo cuando el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó establecer la tasa cero de IVA a dichos productos, Morena, el PT (Partido del Trabajo) y el PES intervino con una mayoría de votos en contra. Muchas mujeres estuvieron involucradas, incluyendo a la diputada Tatiana Clouthier, quien se abstuvo de votar a favor debido a que «no logra el propósito de hacer más accesible el precio de estos productos para las usuarias, se genera un hueco en las finanzas en medio de la crisis provocada por el COVID-19 y beneficia a las empresas».
La realidad es esta: las mujeres ganamos menos que los hombres y tenemos muchas menos oportunidades que ellos de mejorar. Encima de eso, estamos atadas al llamado pink tax o impuesto rosa que es cuando un producto o servicio casi idéntico cuenta con una versión para hombre y otra para mujer. ¿La intención? En primera, vender más y en segunda, cobrar más por la versión femenina porque «tiene muchas más bondades pensadas en las necesidades femeninas».
En redes sociales la división de opiniones estaba entre quienes apoyaron (la mayoría hombres) la decisión de no quitar dicho impuesto y para quienes por supuesto esto significa un retroceso en la lucha por los derechos de las mujeres. No hay un entendimiento de lo que esta decisión implica.
El problema es que la sociedad no termina de entender las implicaciones de la menstruación y este impuesto. No se trata de facilitarnos la vida por capricho, ni tampoco por querer quitarles a los hombres sus privilegios, es porque en el país muchísimas niñas no tienen los recursos para pagar un paquete de toallas sanitarias o tampones. Ni siquiera hablar de una copa menstrual.
Cada mujer tiene sus gustos y costumbres en cuanto a su menstruación y el número de productos que cada una utilice dependerá de la situación en la que esté, la cantidad de su flujo, los días que dure y sobretodo la frecuencia con la que se cambie el producto durante el día. Una niña comienza a menstruar aproximadamente entre los 11 y los 12 años y lo experimenta hasta los 50 años.
Aunque varía, el periodo dura de 3 a 5 días por lo que haciendo cálculos, una mujer tendrá un total de 60 días de menstruación al año. Si esto lo multiplicas por los 38 años que vivirá esto, da un resultado de 2,280 días de menstruación. Cada una debe usar de entre dos a cuatro toallas sanitarias, que multiplicado por los cinco días promedio de menstruación, da un total de 20 por mes.
No, no todas tienen acceso a esa cantidad de productos y menos pensando que cada paquete cuesta entre $40 pesos y hasta $70 pesos. La menstruación no debería ser un lujo que no podamos pagar.
Es incómoda y ensucia. Vamos, no es muy cómodo estar sin protectores porque escurre y mancha. Por si fuera poco, viene acompañada de cólicos y otras situaciones médicas que pueden llegar a ser graves en algunas.
Hay niñas que no van a la escuela porque no tienen para pagar un paquete de toallas sanitarias o tampones y no son productos que encuentras gratis en cualquier lado como sucede con los preservativos.
Según datos de la UNICEF, en México, las mujeres representan el 51% de la población y de ellas, el 62% está en edad menstruante. Pese a ello, el país no cuenta con políticas públicas, programas o acciones, que consideren de manera particular, la gestión del periodo menstrual.
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