El feminicidio de Jessica González Villaseñor estremeció al país entero. Apenas tenía 21 años y recién se había presentado con sus pequeños alumnos para empezar el nuevo ciclo escolar pero un sujeto le arrebató la vida, no sin antes golpearla y dejarla semidesnuda, tendida en una zona boscosa de Morelia.
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El 21 de septiembre se encendió la alerta de su desaparición, tres días después la Fiscalía General de Michoacán informó del hallazgo del cuerpo. Este estaba abandonado en un paraje cerca del fraccionamiento Monarca al sur de Morelia y tenía señas de violencia. En redes sociales se inició un movimiento para encontrar a Diego Urik «N, quien habría estado con ella antes de su desaparición.
Se dijo que podría haber escapado a España pero fue encontrado en una playa de Jalisco y trasladado este mismo miércoles al penal de Charo, Michoacán, según informó el fiscal general del estado, Adrián López Solís.
El juez Fernando Hernández determinó vincular a Diego, de 18 años a proceso penal por el delito de feminicidio al determinar la suficiencia de elementos y que se violentó la libertad sexual y la dignidad de Jessica.
Filtran las primeras imágenes de la captura de Diego Urik, presunto asesino de Jessica González#JusticiaParaJessica pic.twitter.com/FCantPt0U2
— Día Noticias 🇲🇽 (@noticiasdiamx) October 1, 2020
De acuerdo con el informe de la audiencia, Diego sí pasó por Jessica y la llevó al fraccionamiento donde fue encontrado su cuerpo. Ella fue violada y asesinada, no sin antes recibir 31 golpes externos y otros más internos.
Pero hubo otro detalle que ha indignado a todos: los amigos de Diego sabían de Jessica y lo que este había hecho con ella. Hanna S, otra joven que fue señala como posible cómplice, también lo sabía ya que estuvo con él después de lo sucedido. Aunque este, sin dar detalles, sólo se mostraba nervioso y le dijo “no sé qué hice, no sé qué hice”, “no te puedo contar, no sabía lo que hacía”.
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Por su parte, en las declaraciones de sus amigos se lee que Diego les habló diciéndoles que «si de verdad eran amigos lo ayudaran». Se fueron a comer unos tacos y luego vieron el cuerpo de Jessica en la cajuela del carro, Diego les pidió que le ayudaran a deshacerse de este. Diego le dijo a uno de ellos, “ayúdame” a lo que, según el testimonio, le respondió “yo no te voy a ayudar con tus mamadas”
Que vacío tan grande. Que horror perder a una más.
Demandaremos justicia por ti y no te olvidaremos. Descansa en Paz Jessica 💜. #JusticiaParaJessica pic.twitter.com/QtlzqAFnx2
— Miroslava Valdovinos 🍒 (@CigarrosDeMiel) September 25, 2020
Posterior a esto, se descubrió que hicieron un grupo de Whatsapp -del que circularon imágenes en redes sociales previos a su detención- en el que se burlaban de lo sucedido, como si fuese cualquier cosa.
De nueva cuenta un feminicidio abarca los titulares del país. De nueva cuenta le arrebataron la vida a una mujer y de nueva cuenta se exige justicia. La violencia en México se ha vuelto algo insostenible. Los feminicidios van en aumento y aún hay quienes dudan de ello.
Cada vez que circulan imágenes de mujeres desaparecidas, no falta quienes juzgan a la víctima porque «se fue con el novio» o por ser «una promiscua». Cada vez que se da a conocer que una mujer es encontrada muerta y que su pareja, su amigo o el vecino podrían ser presuntos culpables, piden respetar la presunción de inocencia de estos aún cuando están todas las evidencias.
Y claro, cada vez que se marcha y se hacen pintas, la gente enloquece porque «esas no son formas». ¿En serio indigna más una pared pintada que una mujer cuyo cuerpo fue ultrajado de la forma más atroz?
En México hay una descomposición social muy evidente. No creen en el miedo que tenemos las mujeres de salir y no volver a casa. Bromean sobre las desaparecidas y se ríen de las muertas. Lejos de indignar o motivar a un cambio, los movimientos que abogan por nuestros derechos terminan por causar mayor indiferencia.
Los amigos de Diego Urik dicen que no participaron en su feminicidio, pero la vieron desnuda en la cajuela de su amigo mientras la ciudad la buscaba en las calles y no dijeron nada "no te voy a ayudar con tus mamadas" sin detenerlo y sin llamar a la policía, también es participar
— spookie yakult 🎃 (@anasof_sg) October 2, 2020
Y es que incluso a nuestro alrededor, figuras importantes, líderes de opinión que se supone deberían ser los primeros en poner el buen ejemplo, son los primeros que siguen solapando «el chiste». ¿Qué pasa cuando un influencer se ríe de «un chiste inocente» que hace apología a la violación? ¿Qué pasa cuando un líder político dice que el feminismo «no es prioridad en el país»?
Hablando de algo más cercano, ¿qué pasa cuando nuestros amigos comparten memes en sus redes sociales machistas? Muchas veces no decimos nada porque incluso nosotras mismas normalizamos esas bromas que en realidad alimentan el problema.
El mundo se ha vuelto en un lugar donde tantos hombres matan a tantas mujeres. Donde los que no matan, violan y los que no, los encubren. Hombres que acosan, que consumen pornografía, que ven a la mujer como objeto de placer, que se aprovechan de sus amigas. Pero también están los hombres que no mata ni violan pero sí callan, sí ríen y son indiferentes. ante un feminicidio y eso también los convierte en parte del problema.
No son psicópatas. Son chavos de 18 años que crecieron en un país donde a las mujeres nos pueden violentar en el hogar, en las calles, en los trabajos, en los grupos de WhatsApp. Se van por unos tacos. Miran a una mujer muerta en la cajuela y lo llaman "mamadas" de un hombre.
— Iveth Luna (@iveeeeeeeeth) October 2, 2020
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