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Lupe Serrano nació en Santiago de Chile, pero desde muy temprana edad se mudó junto a su familia a México. Este Hispanic Heritage Month o Mes de la Herencia Hispana es un momento ideal para rendirle tributo a una mujer que con su trabajo constante y disciplinado logró dejar un legado en la historia del ballet.
Con apenas 13 años, alcanzó debutar como profesional en la Compañía Nacional de la Ciudad de México. Y, más temprano que tarde, se convirtió en la bailarina más importante del país.
Lupe Serrano expandió su sabiduría sobre danza en todo el territorio mexicano. Formó parte del Ballet Folklórico de México y también estudió danza moderna. Su talento la llevó a participar en diversas giras, entre las que resalta una por América Central organizada por Alicia Alonso y otra con los Ballets Rusos de Monte Carlo que la llevó a visitar Nueva York, cidada que se convertiría en su nuevo hogar.
El legado de Lupe Serrano
En el año 1953, Lupe Serrano se unió al American Ballet Theatre como bailarina principal. Allí permaneció hasta el año 1971 cuando anunció su retiro, a la también corta edad de 41 años. En su estadía consolidó su carrera. Llegó a interpretar más de 50 piezas de ballet clásico entre los que se encuentran El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente, La Sílfide y Giselle.
No solo dedicó a bailar en el escenario. También tuvo una gran vocación para enseñar que la atesora hasta el día de hoy cuando es reconocida como una figura icónica del ballet.
Es en este año 2020, Lupe Serrano arriba a sus 90 años de vida, una vida bien aprovechada y que puso su granito de arena para tener un mundo mejor. Por su trayectoria artística de más de 30 años en escena no podemos menos que decir: ¡Gracias Lupe!
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