Mientras el país enfrenta una crisis que empeora, una nueva generación de feministas ha cobrando fuerza con el fin de exigir justicia ante la violencia machista.
Desde principios de septiembre, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha estado en la mira y es que lo que inició como una una reunión para atender a familiares de víctimas de violencia, se convirtió en la toma de dicha instancia.
Desde el pasado miércoles 2 de septiembre, Marcela Alemán y Silvia Castillo, pertenecientes al Colectivo 10 de marzo, se juntaron Rosario Piedra Ibarra, titular de la CNDH para exigir justicia por sus hijos. La respuesta fue que las carpetas de investigación estaban mal integradas y que tendrían que volver. Fue entonces cuando Marcela decidió amarrarse a una silla, mientras que Silvia amenazó con suicidarse, como forma de protesta.
Tras esto, grupos feministas se sumaron a la protesta. Varias mujeres entraron a las instalaciones y desalojaron a los trabajadores e informaron que era una ocupación del edificio para convertirlo en refugio de víctimas llamado ‘Ocupa, Casa de Refugio Ni Una Menos México’. Alrededor de 50 personas se alojaron en las instalaciones de la Comisión, reportando además las irregularidades que existen en ella.
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Las imágenes que han circulado en redes sociales son impresionantes, llenas de fuerza, rabia y dolor a la a vez.
Toma de instalaciones de la @CNDH de la Ciudad de México ha representado un logro y avance a la organización del frente nacional feminista #Niunamenos quienes llegaron para apoyar a las madres de víctimas de desaparición forzada
Vía Andrea Murcia pic.twitter.com/sdX2pRilvu
— Voces Feministas (@VocesFeminista) September 6, 2020
También se iniciaron protestas en otras sedes de la CNDH. Ecatepec acaparó los titulares pero no únicamente por la protesta en sí sino por la forma en la que fueron contenidas las mujeres que se encontraban ahí. En redes sociales se difundieron imágenes que denunciaron las agresiones que estaban sufriendo por parte de la policía.
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Toma de la CNDH en Ecatepec, donde confluyeron colectivas feministas, protectoras de la Infancia y familiares de desaparecidos. La toma se realizó pacíficamente y fue motivada por el hartazgo y desesperación de las víctimas pic.twitter.com/FOsAd6FHDS
— Quetzalli Nicte Ha (@QuetzHa) September 11, 2020
Ante esto, otros estados se han sumado a la causa, además de que se exige atención a otros temas que cada uno enfrenta.
En Tampico, por ejemplo, se exigió la aplicación de la «Ley Olimpia» en Tamaulipas. Dicha ley protege a las mujeres de la violencia en Internet, por parte de quienes exhiben contenidos íntimos sin su autorización con el fin de amenazar o dañar su integridad y dignidad.
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Inicialmente, las mujeres se reunieron en la Plaza de Armas para después dirigirse al edificio de la Presidencia Municipal de Tampico, donde comenzaron a pintar las paredes. Vestidas de negro, con los rostros cubiertos y portando pancartas, las mujeres se protegían entre ellas, mientras gritaba consignas de justicia. Los colectivos se retiraron luego de la llegada de patrullas de la Policía Estatal.
https://twitter.com/1marnotanmuerto/status/1304621979916435457
En Puebla, otros grupos tomaron de forma simbólica la Comisión de Derechos Humanos de dicho estado. Externaron su solidaridad con las compañeras que resisten en la Ciudad de México. Las protestantes y activistas también hicieron pintas con consignas feministas.
Las oficinas de @CNDHPuebla fueron tomadas simbólicamente por colectivos feministas en solidaridad con mujeres de la CDMX, que piden a @CNDH justicia. Señalaron también al gobernador @MBarbosaMX de no actuar para proteger a las mujeres, #Puebla tiene casos de feminicidio. pic.twitter.com/G6Tb83SsX3
— Buzos de la Noticia (@BuzosNoticias) September 11, 2020
Morelia, Michoacán y Tabasco también ha estados llevando a cabo diferentes movimientos con la misma finalidad: exigir justicia y una vida digna para las mujeres.
Las mujeres siempre hemos tenido que aprender a defendernos de los hombres; de las miradas lascivas, de los piropos que no pedimos y de los toqueteos incómodos. Hemos tenido que aprender a elegir nuestra ropa según a dónde vayamos, con quién vayamos y a qué hora vayamos porque, «no vayan a creer que estamos provocando». Hemos tenido que aprender a no caminar solas y a mirar a todas partes «por si alguien nos viene siguiendo».
Las protestas que se vivieron en marzo, antes del confinamiento y la reciente toma de las diferentes sedes de la CNDH en diversos estados ha dejado claro una cosa: las mujeres estamos enojadas y cada vez estamos más hartas de la indiferencia, de la falta de acción y de la violencia que va en aumento.
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