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El caso de una niña embarazada abre debate sobre la libertad de elegir sobre nuestro cuerpo

El reciente caso de una niña de 10 años en brasil despertó indignación mundial. La pequeña fue víctima de abuso sexual por parte su tío y quedó embarazada.

En medio de la crisis sanitaria que se vive ante la pandemia de coronavirus, la lucha por el aborto legal y seguro para todas sigue en pie. Y es que día a día se siguen conociendo casos atroces de mujeres y niñas que se debaten entre la vida y la muerte a causa de abortos clandestinos.

El reciente caso de una niña de 10 años en brasil despertó indignación mundial. La pequeña fue víctima de abuso sexual por parte su tío y quedó embarazada. El sujeto fue arrestado y se inició el proceso para que la niña abortara.

Por lo general, estos casos se tratan en discreción absoluta sin embargo, los datos de la pequeña se hicieron públicos debido a que proviene de un entorno pobre y vive con su abuela. Esto generó aún más molestia e indignación. por si fuera poco, la pequeña estuvo rodeada de grupos evangélicos y colectivos pro vida que la llamaron «asesina». 

Se ordenó una orden de aprehensión contra el tío, de 33 años, quien abusó de su sobrina desde que tenía seis años.

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En Brasil, el aborto solo está permitido en casos de violación, si la gestante corre riesgo de muerte o cuando el feto presenta anencefalia.

A pesar de esto, sigue siendo criminalizado y parece indignar aún más que la propia violación. Mucho se debe a la falta de información que genera falsas creencias en torno a este. Alrededor del 90 por ciento de las intervenciones se llevan a cabo en condiciones higiénicamente catastróficas.

Así, una niña de apenas diez años fue sometida a dicho procedimiento mientras a las afueras le gritaban «asesina». 

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En muchos países la interrupción legal del embarazo es permitida hasta las 12 semanas de gestación, siendo la violación y el riesgo a la salud o muerte de la madre las causas que lo autorizan.

Mujeres y niñas sufren todos los días de violencia y las faltas en la justicia reproductiva se ha convertido en parte de ello.

Un aborto es un procedimiento médico que termina un embarazo. Ésta es una necesidad básica de atención médica para millones de mujeres y niñas que pueden quedar embarazadas en diferentes circunstancias. De acuerdo con Amnesty International, en todo el mundo se estima que 1 de cada 4 embarazos terminan en un aborto cada año.

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Castigar el aborto no hará que miles de niñas y mujeres dejen de necesitarlo. Hoy por hoy, muchas siguen acudiendo a clínicas clandestinas y sometiéndose a prácticas insalubres o peligrosas. Lo que se quiere lograr es que, sin importar las circunstancias, todas tengan acceso a u procedimiento seguro.  

Los abortos inseguros son la tercera causa de muertes maternas en todo el mundo y conducen a otros cinco millones de discapacidades prevenibles en gran medida, según la Organización Mundial de la Salud.

El aborto legal es un derecho humano, una lucha por la igualdad y la libertad. Cada mujer debería ser libre de elegir sobre su cuerpo y sobre su vida. Se trata de una decisión personal que no debería ser juzgada bajo ningún motivo. Y sí, dentro de todo esto también se busca castigar con todo el peso de la ley a quien comete abusos contra niñas y mujeres.

NO se trata de promoverlo ni tampoco significa una invitación abierta a hacerlo. Es una garantía de bienestar a quienes lo requieran. 

 

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