La industria del cine parece que sigue sin entender el juego. Mientras que en redes sociales las personas defienden cada vez más sus ideales con respecto a la belleza, Hollywood sigue encasillando a las mujeres según su físico.
Justo cuando pensamos que la talla de una mujer es lo último que importa, personalidades del espectáculo como Rihanna, Adele o Rebel Wilson nos recuerdan que aún queda mucho por aprender.
Recientemente Wilson, reveló que era obligada a mantenerse gorda para seguir en su papel y que con eso, le ofrecían grandes cantidades de dinero.
La australiana se ha convertido en una de las comediantes más reconocidas del momento pero se ganó el apodo de «Fat Amy» tras su participación en la cinta Pitch Perfect, donde interpretaba a una mujer que era rechazada por su gran tamaño.
La industria sigue poniendo barreras y alimentando al público con las ideas equivocadas en torno al peso de una mujer.
El cuerpo de una mujer de talla grande termina siendo usado para obtener risas baratas, asumiendo que su peso implica siempre una personalidad simpática, torpe y una suerte desgraciada que cae en lo ridículo.
Aunque Rebel está enfocada en la comedia, parece que está destinada a obtener únicamente papeles ridículos cuya gracia gira en torno al sobrepeso. Ella misma dijo estar cansada de esta situación pues era algo que ya estaba afectando su salud seriamente.
Hollywood pretende ser inclusivo con las mujeres «gordas» al ofrecerles protagónicos o espacios importantes en sus producciones pero terminan encasillándolas en personajes cómicos que convierten su sufrimiento en una comedia.
En la música, Rihanna, Adele e incluso Lady Gaga también han pasado por situaciones en las que su talento se ve opacado por su talla. Y es que siempre que salen con vestidos entallados o con poca ropa, el mundo termina criticándolas porque su estilo no corresponde a su tamaño.
Sin importar que la intención sea en torno a la aceptación del cuerpo como es, al final del día la idea de un cuerpo delgado, tonificado o perfectamente distribuido sigue siendo algo aspiracional por considerarse «ideal».
Hollywood sigue sin entender las reglas del juego.
Especialmente las mujeres estamos sometidas a un sin fin de creencias sobre nuestro aspecto. Que si somos «demasiado delgadas» o «demasiado gordas», que si tenemos los senos grandes o pequeños. Pero mientras que cada vez han surgido más movimientos body positive que busca la aceptación de los diferentes tipos de cuerpo, la sociedad no termina por ponerse de acuerdo.
Y es que mientras algunas personas celebran que sus curvas, sus grandes pechos o estrías por fin son tomados en cuenta, otras siguen ofendidas ante el intento por hacer estos cuerpos «una tendencia». Es momento de hacer los prejuicios a un lado y dejar que cada mujer decida sobre su cuerpo.
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