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Las inconsistencias que marcaron el caso de Paulette Gebara

Netflix de nuevo despertó la curiosidad sobre el caso de la niña Paulette Guebara Farah, ocurrido hace diez años en la Ciudad de México.

Netflix estrenó «La historia de un crimen: la búsqueda», mini serie que narra el caso de la niña Paulette Gebara Farah, ocurrido hace diez años en la Ciudad de México.

El 22 de marzo de 2010, Paulette fue reportada como desaparecida de la residencia en Interlomas, donde vivía con sus padres.

Paulette apenas tenía 4 años de edad, por lo que la situación encendió una alerta sin precedentes, en medio de un sin fin de especulaciones y preguntas sin resolver.

Muchos medios y políticos estuvieron involucrados en la investigación, sin llegar a nada, pese a que se contaba con todo un equipo especializado de búsqueda y rescate. La niña fue encontrada sin vida, diez días después de que las autoridades encendieron la alerta. Fue encontrada en su casa, bajo el colchón, envuelta en una sábana y con la pijama con la que su madre la habría acostado el día de su desaparición.

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Esto despertó sospechas y enfureció a la sociedad mexicana, que por días sintonizaron las noticias, en espera de que se encontrara a los culpables.

Aquí algunas de las inconsistencias que rodearon el caso. 

La actitud de Lisette Farah y Mauricio Gebara.

Desde el primer instante, la actitud de los padres de Paulette causó mucha confusión.  Lisette, madre de la menor fue interrogada en diversas ocasiones por los medios pero ante el público, lucía indiferente y fría.  Por su parte, el padre de Paulette siempre dijo que estaba seguro que su hija había sido «asesinada».

Según testigos, nunca mostraron verdadera preocupación por la niña y expertos en lectura de rostro llegaron a la conclusión de que algo «no era normal» en ellos.

Juan Pablo García, quien se encargó de leer la gesticulación de los padres. El experto encontró que el papá mostraba expresiones de asco, como si recordara algo que le provocaba ese desagrado, no se sabe si con la niña o una situación en particular.

Analizando una de las entrevistas que hizo Lisette en la cama, se perciben expresiones que denotan engaños o mentiras, así como enojo. Ocultaba cosas que ocurrieron y no coincidían muchas cosas que decía, además que parecía que todo lo tenía perfectamente pensado.

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La pijama 

En una entrevista se ve que Lisette toma la pijama que llevaba Paulette cuando fue encontrada. La mamá de la niña incluso se la muestra al reportero y le dice que es la de su otra hija pero que mejor la guardaba para que «no dijeran otra cosa».

En una entrevista con Lilly Téllez, Farah aseguró que se habían llevado la niña con la pijama puesta, lo que desconcertó a todos puesto que enseñó la misma pijama en otra entrevista.

La entrevista en la cama

Lisette dio una entrevista a Lilly Téllez sobre la cama donde encontraron a la niña días después.

«La acosté a las 9:10 de la noche, le di un beso, lavé los dientes, la bendición, la arropé. Aquí la acosté. Como estaba estrenando cama, tenía almohadas alrededor para que no se cayera. Me acosté alrededor de las 12pm. En la mañana llega la nana que me asiste -porque la niña no se puede vestir sola- y me dijo la niña no está», relató Farah.

«¿Cómo la encontraste (la cama)?», pregunta Téllez. «Destendida pero la muchacha ya la había venido a buscar. Realmente no sé cómo la encontró. A lo mejor dijo se metió más abajo de la cama»

Por si fuera poco, las mismas nanas hicieron la cama y aseguró que otras personas se quedaron a dormir ahí. Nadie se percató de nada.

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La conclusión

Según lo que reportó su madre, Paulette tenía deficiencia motriz y trastorno de lenguaje. Esto hizo que se pensara que la niña sí pudo haberse movido y quedado atrapada sin embargo, no era tan convincente debido a que sí tenía la capacidad para moverse sola de algún modo y pedir ayuda. La manera en la que fue encontrada, concluyó que no había rastro de que hubiese hecho algún esfuerzo.

El entonces procurador del Estado de México, Alberto Bazbaz, declaró que su muerte habría sido «accidental» ya que debido a su condición, pudo haberse rodado al final del colchón, donde se enredó con las sábanas y no pudo zafarse ni pedir ayuda.

Al no poder moverse, Paulette murió por «asfixia mecánica por obstrucción de las cavidades nasales y compresión tórax-abdominal».  

 

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