La censura a la sensualidad
Las redes sociales ha hecho que la crítica entre mujeres aumente de forma exponencial. Éstas se crearon como un espacio para que cada persona pudiera expresarse de la forma que quisiera.
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Por lo tanto, hermosas mujeres han usado las plataformas para mostrar su sensualidad, y esto ha provocado múltiples ataques. Los hombres aprovechan a escribir comentarios innecesarios, groseros y lascivos, y muchas a juzgar las decisiones de quienes salen con poca ropa.
Lamentablemente, son muchas las mujeres no han perdido la oportunidad para querer avergonzar a quienes suben este tipo de contenido.
Desde crueles críticas al cuerpo que no es «perfecto»; se señalan defectos, eso que ellas consideran «kilos de más», celulitis o simplemente aquello que para ellas es «inmoral».
Hemos crecido con este mensaje «las mujeres que se dan a respetar valen más». Pero, ¿qué significa realmente?, ¿qué otras personas tienen derecho sobre tu cuerpo simplemente porque te estás expresando a través de la ropa?
Por supuesto que no, nadie puede faltarte al respeto aunque estés desnuda. Deberíamos concentrarnos más en las personas que no entienden esto, que en aquellas que «deberían conocer cómo son otros», y evitar expresarse libremente.
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No te afectan esas publicaciones
Si hay una publicación que no vaya con tu forma de pensar, eso está bien. Pero no puedes por eso atribuirte el derecho de señalar lo que tú consideras son defectos.
Que una mujer se exprese con o sin ropa no te afecta en lo absoluto y no tendrías por qué pagarlo haciéndola sentir mal. No importa que ellas sean figuras públicas o de tus contactos personales.
Si no te gusta o te afecta personalmente de alguna manera puedes dejar de seguir, bloquear o hasta expresarte de forma educada. Que alguien muestra más piel no te invita a atacarla o a faltarle el respeto de ninguna manera.
Tal vez ya lo hiciste, tal vez has considerado que esas mujeres son menos en alguna ocasión. Está bien, es normal que en inicio hayamos cometido ese error porque así fue la educación de millones de nosotros; a través de familias o del mismo entretenimiento.
La belleza de esto es que la vida no es blanco o negro. Si ya erraste en el pasado se puede cambiar, se puede aprender de nuestros errores, y sobretodo evolucionar. No hay mejor forma de enmendar aquello que en el pasado hicimos que abriendo las puertas a nuevas formas de expresión.
Las mujeres no se definen por la ropa que deciden usar o que deciden no usar ni tampoco su valía. ¡Es tiempo de entenderlo!