Es predecible que con la pandemia las salidas en taxi cayeron. Y al parecer Uber lo intuía.
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Por eso, desde enero, la empresa tecnológica está procurando comprar GrubHub, su competidor directo en Estados Unidos de reparto de comida a domicilio, y ya está a punto.
Así lo asegura el portal de tecnología Hipertextual, donde precisan que Uber asume una caída del 80% de su actividad desde la llegada de la covid-19.
Solo la división de reparto de comida a domicilio ha funcionado durante el confinamiento –pese a registrar pérdidas–. Según sus cifras, UberEats habría aumentado los repartos en un 54%.
Negociaciones
Aún con pocos detalles, los primeros indicios apuntarían a que el acuerdo de compra de GrubHub está a punto de cerrarse. De hecho, su anuncio se espera para este mismo mes de mayo.
Según el diario Expansión, GrubHub, con sede en Chicago, y valorada en 4.500 millones de dólares, estaría buscando 2,15 acciones de Uber por cada una de las suyas.
Uber está apresurando la compra porque desde la compañía son conscientes de que el cambio cultural ocasionado por el coronavirus dejará rastro. Y este tendrá consecuencias duraderas.
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El delivery impera y se queda
Con la obligación del aislamiento, las limitaciones en los restaurantes de recibir personas y la promoción del teletrabajo, hay una nueva normalidad. Es el momento de la comida a domicilio. Y ahí Uber quiere gobernar.
Este nuevo enfoque de negocio, además, pondría un dique de contención a la complicada situación de la compañía por la caída de su negocio principal.
Los malos resultados del primer trimestre, y el patrón en la búsqueda de la rentabilidad, se suman a los ajustes que han tenido que hacer estos meses. A los despidos de principios de año, Uber añade los del 14% de la plantilla –3.700 trabajadores– y la inactividad de sus flotas de conductores.
