Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de COVID-19 era una pandemia mundial, se han tenido que tomar medidas rigurosas de prevención para evitar una mayor propagación como lo es la cuarentena voluntaria en casa y el distanciamiento social.
A pesar de que el mantenerse encerrados ha disminuido el riesgo de contagio, han surgido otros problemas como lo es el incremento de la violencia y aumento de trastornos de la salud mental..
Expertos han estudiado los efectos psicológicos negativos, incluidos síntomas de estrés postraumático, confusión y enojo y mientras más se prolongue la cuarentena, vendrán otros problemas como pérdidas financieras, miedo ante la posible pérdida de trabajo y adicciones.
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Una nueva investigación realizada por Nielsen, muestra que en Estados Unidos están recurriendo al alcohol para calmar sus nervios mientras están aislados. Las ventas estadounidenses de bebidas alcohólicas se dispararon en un 55 por ciento en la semana que terminó el 21 de marzo. En comparación con la misma época del año pasado, las ventas de licores aumentaron en un 75 por ciento, el vino en un 66 por ciento y la cerveza en un 42 por ciento.
“La relación entre las situaciones de estrés traumático y el consumo es estrecha. Respondemos con los productos de siempre: calmantes, alcohol, drogas recreativas”, explica Philippe Batel, psiquiatra y adictólogo francés.
“En situación de cuarentena, la mayoría de las estrategias de adaptación al estrés, como el deporte o las salidas, no se dan. Pero cada vez hay más estrés. Y la estrategia de adaptación que sigue disponible es el uso de estas sustancias”, corrobora Elsa Taschini, psicóloga especialista.
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La Organización Mundial de la Salud ha reiterado los efectos negativos del consumo de alcohol o de drogas, pidiendo a la sociedad que: “No busquen canalizar sus emociones fumando, bebiendo alcohol o consumiendo productos estupefacientes”.
En medio de la pandemia de coronavirus, todos están experimentando nuevos desafíos y luchas además de que es fácil caer en la desmotivación. Las personas dejas de interesarte en otras actividades, como pasatiempos o trabajo y por supuesto, no hay distracciones como la visita de amigos. El problema también viene para quienes habían estado en tratamiento para dejar las adicciones.
«El aislamiento es el enemigo de la recuperación», explica Peter Provet, Vicepresidente y Director de Programas para Adolescentes y Apoyo Clínico, quien señala que la mayoría de los principales programas de recuperación dependen de la comunidad para ayudar a mantener a las personas fuertes.
El distanciamiento social puede ayudar a detener la propagación del coronavirus, pero también pone a los adictos en un alto riesgo de recaída.
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